Arriba, bomberos rescatan el cuerpo de un haitiano que murió ahogado al tratar de cruzar el Rio Bravo, en Matamoros, Tamaulipas. A la izquierda, Judith Cabrera, la codirectora del albergue Border Line, al denunciar la intimidación de parte de la Guardia Nacional y Migración
Arriba, bomberos rescatan el cuerpo de un haitiano que murió ahogado al tratar de cruzar el Rio Bravo, en Matamoros, Tamaulipas. A la izquierda, Judith Cabrera, la codirectora del albergue Border Line, al denunciar la intimidación de parte de la Guardia Nacional y Migración

TIJUANA (EFE).— Activistas en Tijuana acusaron ayer a agentes de la Guardia Nacional (GN) y el Instituto Nacional de Migración (INM) de actos intimidatorios en el albergue Border Line Crisis Center, ubicado a un kilómetro del puerto fronterizo de San Ysidro, que recibe únicamente a mujeres migrantes, madres y niños.

Las activistas denunciaron que estas acciones, además de que son violatorias a la Ley de Migración, también fueron “un acto grave y de irresponsabilidad”, debido a que trastocaron la vulnerabilidad de las personas y las hicieron caer en un “terreno de miedo y terror”, considerando que muchas de las migrantes vienen de entornos de violencia graves.

Judith Cabrera, codirectora del albergue informó a medios que los hechos ocurrieron la madrugada del 11 de octubre, alrededor de la 1 a.m., cuando una decena de agentes de la Guardia Nacional, junto con otros del INM, arribaron a bordo de dos camionetas.

Judith recibió una llamada de las residentes del albergue, quienes “estaban en pánico, pues había hombres que con gritos y patadas intentaron abrir a la fuerza la cortina que sirve como puerta de entrada, que estaba cerrada, amenazándolas y acusándolas de esconder a personas indocumentadas y de realizar cruces ilegales a Estados Unidos”, relató.

Agregó que, aunque las personas nunca se identificaron, fueron reconocidas por los migrantes, por sus uniformes, como agentes de la Guardia Nacional, lo que también quedó registrado en las cámaras de seguridad del exterior del albergue.

Durante la rueda de prensa, la activista detalló que en las imágenes se muestra al grupo de agentes portando el uniforme de ambas instituciones, así como los intentos de abrir de manera forzada, además que no sustentaron el supuesto reporte que les dieron ni presentaron tampoco orden judicial alguna.

“En ese momento se encontraban un total de 30 mujeres y niños de distintas nacionalidades, sin ninguna otra defensa contra las armas largas de los agentes, que el teléfono para hacer una llamada”, expuso.

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