Sheinbaum fue acosada en la calle, lo que hizo cuestionar que ha cambiado, y que no, desde que México eligió a su primera presidenta
Sheinbaum fue acosada en la calle, lo que hizo cuestionar que ha cambiado, y que no, desde que México eligió a su primera presidenta

CIUDAD DE MÉXICO (EFE).— La agresión que vivió la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue abuso sexual y no acoso, como inicialmente informaron las autoridades.

Una confusión que refleja la falta de claridad institucional que enfrentan las víctimas al denunciar y que contribuye a la impunidad e invisibilización de estos delitos, según especialistas.

Claudia Sheinbaum fue víctima de abuso sexual, no acoso

De acuerdo con el Código Penal de Ciudad de México, donde el martes pasado un hombre realizó tocamientos a Claudia Sheinbaum, esa agresión está tipificada como abuso sexual, explicó a EFE la abogada penal feminista Marcela Torres.

El abuso sexual implica tocamientos sin consentimiento de la víctima, algo que no necesariamente ocurre en el acoso, señaló Marcela, al advertir que comúnmente los delitos sexuales se minimizan, como al llamar abuso a una violación.

No obstante, la Secretaría de las Mujeres y otras autoridades se refirieron en un principio a la agresión a Claudia Sheinbaum como acoso sexual.

Incluso la presidenta adelantó en su conferencia al día siguiente del ataque un plan para combatir y homologar ese delito en todo el país.

Pero, el jueves el gobierno anunció el Plan Integral contra el Abuso Sexual, cuyos avances serán presentados el próximo 25 de noviembre, en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Importancia de diferenciar entre los delitos contra las mujeres

Esta confusión de términos se traduce en “consecuencias reales, como menos justicia, más impunidad, más riesgo para las víctimas”, advirtió Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios.

Las especialistas enfatizaron que ni Claudia Sheinbaum ni ninguna víctima están obligadas a saber las diferencias entre los delitos, pero las autoridades encargadas de atender la problemática, sí.

El Estado es el que no ha podido nombrar en muchos casos la violencia como tal, no las víctimas”.

Al acompañar a mujeres a denunciar violencia sexual y de otros tipos, Wendy Figueroa ha visto que esta falta de claridad es recurrente, lo que ocasiona que se clasifiquen mal los casos o que las denuncias no prosperen.

Se retrasan peritajes o se pierden pruebas, lo que deriva en impunidad, y esto también, lleva a una invisibilización a la estadística”.

Marcela coincidió en los obstáculos que afrontan las víctimas al denunciar delitos de “comisión oculta”, que muchas veces resulta difícil acreditar y representa desgaste físico y emocional.

En México: una de cinco mujeres sufre violencia

Una de cinco mexicanas han vivido violencia en espacios públicos, pero un 92% de los casos no se denuncian, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dijo Wendy.

Además, solo dos de cada 100 denuncias de delitos sexuales llegan a sentencia, de acuerdo con datos de 2024 de la organización civil Causa en Común.

Uriel Rivera, el sujeto que agredió a Claudia Sheinbaum, forma parte de ese 2%, motivo por el cual Wendy Figueroa remarcó la necesidad de que “no haya justicia diferenciada ni con privilegios para que realmente no haya impunidad”.

Asimismo, consideró que el plan del gobierno debería “ampliar la visión” hacia toda la violencia contra las mujeres, especialmente en delitos como el feminicidio y la violencia digital, donde las leyes son más heterogéneas entre estados.

La agresión sexual que vivió la presidenta Claudia Sheinbaum dio pie a varias observaciones

Especialistas entrevistadas por EFE concluyeron que el caso de abuso contra la presidenta Sheinbaum también expone otro delito no denunciado: la difusión del video de la agresión.

Esto pone de relieve la urgencia de nombrar la violencia digital y tipificarla en todo el país.

Marcela Torres, integrante del movimiento Ley Olimpia, opinó que al reconocerse el ataque como abuso sexual, también debería aceptarse que se trata de un “contenido íntimo sexual”.

Su grabación y difusión está prohibida por la ley Olimpia, que castiga la violencia digital.

Uriel Rivera, el hombre que acosó a la presidenta, fue vinculado el sábado a proceso por estos hechos.

El hombre está acusado del delito de abuso sexual en agravio de la mandataria y es el segundo proceso que afrontará, luego de haber sido vinculado a juicio el viernes por el presunto acoso a una mujer de 25 años, también registrado en calles del Centro Histórico.