Polémica escándalo cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en el Vaticano
Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, en el Vaticano

CIUDAD DEL VATICANO.— El Cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano, reveló que compró los ejemplares de su libro La Pasión Mística: Espiritualidad y Sensualidad, publicado en México en 1998 y reaparecido en enero de este año, y los destruyó.

En una nota publicada el 5 de febrero por Our Sunday Visitor sobre el texto, se señala que tres días antes el cardenal Fernández había respondido a un correo electrónico indicando que estaba de acuerdo “en que según los estándares de hoy es un libro inconveniente”.

“De hecho yo mismo me di cuenta de esto hace 25 años, algunos meses después de su publicación y ordené su retiro porque me pareció que no tenía la utilidad que había imaginado y que la gente muy joven o muy anciana podía confundirse”, señaló.

Además, compré las pocas copias que estaban disponibles en algunas librerías y las destruí”, precisó.

“Por eso lamento que los sectores ultraconservadores que no me aceptan han usado este libro y tratan de difundirlo ampliamente. Es totalmente contrario a mi voluntad y no se hace ningún bien con esto. Hoy escribiría algo muy diferente”, dijo.

¿De que trata el libro de La Pasión Mística?

La Pasión Mística. Espiritualidad y Sensualidad consta de nueve capítulos: “El fuego del amor divino”, “Un pozo de pasión sublime”, “Una loca historia de amor”, “La pasión mística”, “Hasta el fin”, “Hermosa mía, ven”, “Orgasmo masculino y femenino”, “El camino hacia el orgasmo” y “Dios en el orgasmo de la pareja”.

Los tres últimos capítulos son tal vez los que más contenido controversial presentan.

Ya el 8 de enero y en declaraciones a Infovaticana, el prefecto del DDF calificó su texto como “un libro de juventud que ciertamente ahora no escribiría”.

Para el momento de la publicación de La Pasión Mística. Espiritualidad y Sensualidad el cardenal tenía 35 años, 12 de ellos como sacerdote.— Aci Prensa

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