Hoy sábado 23 de marzo de 2024 rescatistas trabajan en el interior del Crocus City Hall, en Moscú, Rusia, un día después de un ataque reivindicado por el grupo Estado Islámico que causó decenas de muertos. Foto distribuida por el servicio de prensa del Ministerio de Emergencias de Rusia, vía AP

Hoy sábado, en Moscú, Rusia, la sala de conciertos donde ayer un grupo armado abrió fuego contra las personas en un concierto lucía en ruinas ennegrecidas y humeantes, mientras que el número de muertos en el ataque rebasó los 130 y las autoridades rusas detuvieron a cuatro sospechosos.

El presidente Vladimir Putin afirmó que los cuatro fueron capturados cuando huían a Ucrania.

En respuesta, Kiev, capital de Ucrania, rechazó enérgicamente que participó en el ataque cometido ayer viernes en la sala Crocus City Hall en Krasnogorsk.

A su vez, la filial en Afganistán del grupo Estado Islámico se declaró responsable del atentado.

Putin no mencionó al ISIS en su discurso y Kiev acusó al presidente y otros políticos rusos de vincular falsamente a Ucrania con el ataque con el fin de elevar el fervor en la guerra contra Ucrania, que recientemente inició su tercer año.

Por su parte, agentes de la inteligencia estadounidense confirmaron la autenticidad de la afirmación de la filial afgana de ISIS. “ISIS es el único responsable de este ataque. No hubo participación ucraniana en absoluto”, dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Adrienne Watson, en un comunicado.

A inicios de marzo, Estados Unidos compartió información con Rusia sobre planes de un ataque terrorista en Moscú y emitió una advertencia pública a todo ciudadano estadounidense que se encontraba en Rusia, afirmó Adrienne Watson.

Putin: trataron de huir a Ucrania

Por su lado, Putin informó que las autoridades rusas detuvieron a 11 personas por el ataque, que dejó además más de 100 heridos.

El presidente ruso calificó el atentado como un “acto terrorista sangriento y bárbaro” y dijo que las autoridades capturaron a cuatro sospechosos cuando trataban de huir a Ucrania a través de una “ventana” preparada del lado ucraniano de la frontera.

Asimismo, medios rusos de noticias difundieron videos que parecían mostrar la detención e interrogatorio de los sospechosos. Uno de ellos dijo frente a las cámaras que había sido abordado por un ayudante no identificado de un clérigo islámico a través de una app de mensajería y le pagó para que participara en el ataque.

Además, reportes de noticias rusos identificaron a los agresores como ciudadanos de Tayikistán, una antigua nación soviética del Asia Central que es mayoritariamente musulmana y limítrofe con Afganistán. Alrededor de 1.5 millones de tayikos han trabajado en Rusia y muchos tienen la ciudadanía rusa.

Luego que negó los informes iniciales de los medios rusos que mencionaban a varios otros tayikos presuntamente involucrados en la redada, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Tayikistán no respondió a una solicitud de comentarios sobre los arrestos.

Muchos extremistas rusos pidieron medidas enérgicas contra los inmigrantes tayikos; sin embargo, Putin pareció rechazar la idea al declarar que “ninguna fuerza podrá sembrar las semillas venenosas de la discordia, el pánico o la desunión en nuestra sociedad multiétnica”.

Luto nacional mañana domingo

Putin indicó que se han impuesto nuevas medidas de seguridad en todo el país y decretó una jornada nacional de luto para mañana domingo.

El número de muertos ascendió a 133, lo que convierte el ataque en el más mortífero ocurrido en Rusia en años. Las autoridades advirtieron que el número de víctimas aún se podría incrementar.

El ataque constituye una gran vergüenza para el mandatario ruso, días después que consolidó su férreo poder para un nuevo sexenio, en una elección precedida por una represión del disenso que no se veía desde la era soviética.

Algunos comentaristas preguntaron en las redes sociales cómo era posible que las autoridades, que han reprimido implacablemente la actividad opositora y amordazado la prensa independiente, fueran incapaces de prevenir el ataque a pesar de las advertencias estadounidenses.

Alerta estadounidense de “inminentes” ataques

Hace dos semanas, la Embajada de Estados Unidos en Moscú emitió un aviso para exhortar a los estadounidenses a evitar lugares de gran concurrencia, dados los planes “inminentes” de extremistas de atacar conciertos y otras aglomeraciones en Moscú. Otras embajadas occidentales lanzaron el mismo el aviso.

A principios de esta semana, Putin denunció la advertencia como un intento de intimidar a los rusos.

Los investigadores removían hoy sábado los escombros en la sala de conciertos en busca de víctimas. Cientos de personas hicieron filas en Moscú este sábado para donar sangre y plasma, según el Ministerio de Salud.

Derrumbe luego del atentado e incendio

El techo de la sala de conciertos se derrumbó en la madrugada de hoy sábado luego que los bomberos pasaron horas combatiendo las llamas que estallaron durante el asalto debido a que los atacantes lanzaron bombas molotov.

Antes que Putin declarara que los autores del ataque trataron de huir a Ucrania, legisladores rusos se apresuraron a señalar a Kiev inmediatamente después del ataque.

La respuesta de Ucrania

En respuesta, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, rechazó categóricamente las acusaciones de Moscú al considerarlas como un intento de Putin y sus lugartenientes de culpar a Ucrania al tiempo que trata a su propio pueblo como “prescindibles”.

“Están quemando nuestras ciudades y están tratando de culpar a Ucrania”, subrayó Zelenskyy en un comunicado en su canal de aplicación de mensajería.

“Torturan y violan a nuestro pueblo, y lo culpan. Condujeron a cientos de miles de sus terroristas hasta aquí para luchar contra nosotros en nuestro suelo ucraniano y no les importa lo que suceda dentro de su propio país”, expresó.

Varias imágenes publicadas por los medios estatales rusos hoy sábado mostraron una flota de vehículos de emergencias todavía en el exterior de las ruinas del Crocus City Hall, un sala de conciertos con capacidad para más de 6.000 personas que ha sido sede de grandes eventos, entre ellos el concurso de belleza Miss Universo 2013, en que estuvo presente Donald Trump.

Ayer viernes 22 de marzo, una multitud fue al sitio para disfrutar del concierto del grupo de rock ruso Picnic. Videos difundidos en internet mostraban a hombres armados en el interior del recinto que disparaban a civiles a quemarropa.

El grupo terrorista

El grupo Estado Islámico, que perdió gran parte de territorio a raíz de la intervención militar rusa en Siria, ha tenido como objetivo a Rusia desde hace mucho tiempo. En un comunicado publicado por su agencia de noticias Aamaq, la filial de Estado Islámico en Afganistán dijo que atacó una gran concentración de “cristianos” en Krasnogorsk.

En un mensaje emitido en Aamaq hoy sábado, el grupo explicó que el ataque fue perpetrado por cuatro hombres con fusiles automáticos, una pistola, puñales y bombas incendiarias.

Los agresores, añadió, dispararon contra la multitud y apuñalaron a algunas personas. Asimismo, afirmó que el ataque fue parte de la guerra de ISIS contra países que, dijo, combaten el islam.