KIKIL, Tizimín.— El exconvento franciscano de Kikil, que data del año 1760, guarda una historia que ni los propios pobladores de la comunidad conocen, pero es un misterio que cautiva cada vez más al turismo nacional y extranjero.
Con la guía de José Candelario Peraza Raigoza, vecino de la comunidad, los visitantes conocen la historia, las leyendas y anécdotas del pasado de la comisaría ubicada a solo 5 kilómetros de la cabecera municipal.
Peraza Raigoza, quien es teniente de fragata retirado de la Armada de México, destacó que desde hace más de 10 años ha aprendido la historia de Kikil y desde el rescate del convento, en 2020, se involucró más en conocer el pasado del lugar y lo que surge con los años.
En el monasterio hay un pequeño museo donde se exhiben piezas valiosas con significados relevantes para la gente que realiza el recorrido, como una réplica de piedra con la figura conocida como “Chac Mool”, que era un Dios Jaguar rojo de la cultura maya tolteca.
Asimismo hay una campana original de la iglesia, hecha de cobre y estaño, con un peso aproximado de 150 kilos; dos armas españolas que fueron usadas en la Conquista de México y algunos de los peldaños, hechas de madera de zapote, que quedan de los escalones para llegar al campanario del antiguo templo.
Tren Maya frustra proyecto de restauración
Según investigaciones del guía, las paredes del templo fueron hechas a base de sascab con miel de abeja y la cal se hacía con piedras calizas quemadas, a las que le echaban huesos triturados de animales para hacer la mezcla. El vecino de Kikil calculó que el recinto estuvo en el abandono alrededor de 100 años, hasta que en el año 2000 se comenzó a restaurar, ya que era una ruina totalmente en el abandono.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia tenía planes de restaurar la iglesia, pero con el proyecto federal del Tren Maya se suspendió, afirmó Peraza.
Las paredes del templo franciscano tienen alrededor de dos metros con 70 centímetros de ancho.
Entre las anécdotas que cuenta la gente es que la Guerra de Castas también abarcó Kikil, no solo Valladolid y Mérida.
De acuerdo con los más longevos de la comunidad, durante la guerra masacraron a los monjes y hubo matanza dentro de la iglesia, resaltó el guía.
Entre lo más interesante del templo franciscano también están los frondosos árboles que álamo que datan de más de 130 años.
Incluso, el guía bautizó algunos como “El árbol del agarrón” y a uno como “La mujer desnuda” por sus formaciones.
Muy pocos habitantes de la comisaría saben que dentro del templo hay túneles elevados donde la gente se comunicaba desde esos pasillos sin ser vistos, destacó.
Posibles saqueos en su historia
También hay varios agujeros entre las paredes, por lo que se presume que hace 80 años hubo saqueos de metales preciosos, contó. Pero no solo eso, continuó, también excavaron en los pisos, donde enterraban a los más influyentes de la iglesia junto con sus piezas de valor.
Se presume que debido a un huracán que azotó en 1920, se desplomó el domo del templo franciscano.
Cabe mencionar que el patrono era San Francisco de Asís, pero ignora en qué momento se cambió a la Virgen de la Candelaria. La iglesia tiene una medida aproximada de 65 metros de largo por 15 de ancho.
Los recorridos que se realizan en el recinto religioso duran no menos de 25 minutos; son gratuitos, pero se reciben donativos de los visitantes.
