PROGRESO.— A inicios de mayo se incrementa la amenaza de que se presente en cualquier momento el llamado cordonazo, fenómeno que se caracteriza por presentarse sin previo aviso y en caso de llegar a una zona habitada, suele causar destrozos como lo haría un huracán.

Ante la incertidumbre que causa su presencia anual, a lo largo de toda la costa yucateca los pescadores comienzan a extremar precauciones para evitar que los sorprenda en el mar.

Como informamos, el meteorólogo Juan Vázquez Montalvo informó al Diario que este año existe riesgo de que ocurra el fenómeno que también se le denomina “San Timón”, debido a la intensa actividad de frentes fríos y el extremo calor que está azotando a Yucatán.

Agregó que ocurre por el choque violento de masas frías y calientes de la atmósfera, que provocará el que debería ser el último frente frío que debe ingresar entre el 1 y 15 de este mes.

Lo anterior, coincide en cuanto a fechas que conocen los pescadores, que año con año han experimentado sus efectos, lo que les ha dado un conocimiento empírico acerca del fenómeno.

Ante la cercanía del impacto inminente del “San Timón”, del cual se desconoce incluso cuándo llegaría, los pescadores comenzaron a prepararse desde finales de abril.

Si bien no pausan del todo sus labores, sí las hacen con más precaución al no alejarse mucho de la costa por el temor que les causa el mal tiempo.

En conversación con un pescador que pidió no dar su nombre, aseguró que la pesca es su única fuente de sustento, por lo que “no me puedo dar el lujo de dejar de trabajar. Sé que hay riesgo, así que no me alejo tanto, pues me da miedo que me ‘agarre’”.

Pescadores narra sus experiencias

“Antes iba a 10 brazas, aunque aproximadamente a partir 28 y 29 de abril solo salgo cerca en la orilla, pero no se pesca lo mismo, el pescado ya se alejó”, añadió.

El hombre de mar dijo estar consciente del peligro, ya que en su momento le tocó experimentar la intensidad del cordonazo en su niñez.

“Una vez salí con mi papá a pescar y ese día se veía todo tranquilo. Me acuerdo que no había motores, a pura vela zarpábamos al mar. Todo iba bien cuando de pronto me dice mi papá ‘ven acá’, me agarró y me amarró a la vela y comenzamos a avanzar directo a la playa, pero como a medio camino nos agarró un vientazo, que no te imaginas, nos sacudió bien duro”.

Yo con 11 años nunca había sentido nada así, me espanté, ni sé que hizo mi papá. No nos volteamos y logramos arribar al puerto. Ya luego me explicó que eso era ‘San Timón’. Desde ese entonces, tomamos nuestras precauciones”.

Asimismo, narró que varios conocidos sufrieron accidentes en el mar y otros lamentablemente perdieron la vida.

En general, una dinámica similar viven en la actualidad la mayoría de los pescadores de Progreso, tanto los que tienen sus propias embarcaciones como aquellos que trabajan para terceros, porque muchos patrones de lanchas ribereñas limitan las salidas en esta época para tratar de eliminar los riesgos de accidentes entre su tripulación.