TIZIMÍN.— El sector ganadero atraviesa un momento de crisis tras la reciente visita de verificación de autoridades estadounidenses del Departamento de Agricultura (USDA), tema que ha generado reacciones, opiniones encontradas y preocupación en la zona oriente, considerada una de las principales regiones ganaderas.
Noé Peniche Patrón, especialista agropecuario y conocido productor de Panabá, señaló que la situación es delicada, pues Yucatán había sido considerado un modelo en sanidad pecuaria a escala nacional y ahora ese reconocimiento podría estar en riesgo.
“Es triste que podamos perderlo tras la inspección de la Usda en nuestro estado”, expresó.
El ganadero advirtió que prácticas irregulares, como falsear información en las Unidades de Producción Pecuaria (UPP), ponen en riesgo el estatus sanitario y la confianza internacional.
“Si yo vendo una UPP e invento que tiene 100 vacas cuando no las tiene y solo es para justificar que me den aretes, eso es un delito federal y debe investigarse a fondo y fincar responsabilidades”, afirma.
Peniche Patrón recordó que el mercado tradicional para los ganaderos yucatecos ha sido Estados Unidos, con el que se han mantenido buenas relaciones comerciales.
Sin embargo, alertó que alterar documentos para obtener beneficios inmediatos es un golpe a la confiabilidad con las autoridades y a la seriedad del gremio.
“Nuestro mercado son los norteamericanos, sería una lástima perderlo”, expresa.
El exdelegado federal señaló que este tipo de malas prácticas con los aretes tiene que ver con la reciente reaparición del gusano barrenador en Yucatán.
“No hay duda que el problema nos llegó de Centroamérica por culpa de aretes mal empleados, lo único que nos queda como ganaderos es mantener labores de control en nuestros animales para reducir la dispersión”.
Falta de confianza
Por su parte, Carmen Pérez Valle, conocida productora de la región y exdirigente de la Asociación Ganadera Local de San Felipe, recordó que en sus años como delegada ante la Ugroy promovió la realización de auditorías para garantizar transparencia y certidumbre en el manejo del gremio.
Sin embargo, reconoció que sus propuestas no siempre fueron bien recibidas. “Se quedaba como eco en un silencio incómodo que reflejaba conveniencia de grupos de poder”.
La ex dirigente manifestó que la visita de la USDA no pudo evitarse, no por falta de confianza de los compradores estadounidenses, sino porque son normas internacionales que deben cumplirse en los acuerdos bilaterales.
También explicó que de las recomendaciones emitidas dependerá que Yucatán conserve su estatus sanitario libre de tuberculosis y brucelosis y que es importante para seguir exportando.
“Lamentablemente me entero que hay cambios administrativos porque seguramente se encontraron malos manejos o corrupción de quienes toman decisiones”.
Hizo un llamado a que el consejo directivo de la Ugroy asuma su responsabilidad y contrate especialistas que puedan corregir los procesos internos, pues los ganaderos no pueden enfrentar otra amenaza institucional más grave que el propio gusano barrenador.
Incluso dijo que aún es tiempo de realizar auditorías que no necesariamente busquen juicios legales, sino que al menos permitan a los productores conocer con certeza el patrimonio del gremio.