Nada como un homenaje en vida. Que el que lo reciba pueda decir lo orgulloso que se siente de tenerlo.

Una fuerte ovación se escuchó cuando Manuel Paredes Lara, “El Colorado” para el baloncesto y sus amigos, descubrió una placa que inmortaliza su trayectoria. Desde ayer, a eso de las 7:30 de la noche, el recinto principal del Centro Deportivo Universitario de la Uady, lleva su nombre, en reconocimiento a una trayectoria de más de seis décadas en el deporte ráfaga, como jugador, entrenador, directivo.

El palmarés del “Colorado” es impresionante, pero el reconocimiento va más allá de los 2,688 triunfos que logró en 3,084 partidos dirigidos; de ser el fundador del Circuito Peninsular (Cipeba) y la Conferencia Femenil de Básquetbol del Sureste, y también de ser presidente de la Asociación Yucateca de este deporte, y de 141 títulos.

El legado del profesor Paredes Lara fue reconocido con la placa, que develó con ayuda del rector, Carlos Alberto Estrada Pinto. Una réplica de la que se colocará en el CDU le fue entregada. Cuando la recibió, la levantó tanto como pudo y le brindaron otra ovación grande.

Le concedieron la oportunidad de hablar. Se expresó firme en su convicción de ser decidido puntal del baloncesto, pero agradeciendo y reconociendo el que jugadoras y jugadores de diversas épocas hayan entregado su máximo esfuerzo en la cancha de cemento, primero, y luego en las duelas. Fue impulsor fundamental del baloncesto femenil, de las Pumitas de la UDS, a las de la UDY y luego las Jaguarcitas de la Uady. Ganó enorme cantidad de campeonatos, y por ello, agradeció a su esposa Genny, fallecida hace unos meses, el que haya estado siempre de su lado alentando en cada juego. Igual a sus hijos, que, como sus jugadoras, construyeron un futuro a base de esfuerzo y dedicación mucho más allá del baloncesto.

Se retiró en el año 2000 luego de labrar legado grande en el deporte ráfaga, en la universidad más importante del Sureste, su casa, y en otros perímetros.

Cuando terminó ayer la ceremonia oficial, decenas de jugadoras, de todas las épocas, se acercaron a tomarse fotos, a gritar una y otra vez “Colo… Colo…”, o con el grito de guerra de “UDY, UDY, o “Uady, Uady”.

“Me siento orgulloso de lo que pude hacer, pero, más importante, de ustedes, de lo que lograron gracias al deporte”.— Gaspar Silveira

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