El más grande deportista yucateco de la historia, con resultados a la mano hablando por él, comió pastel por su onomástico.
Miguel Ángel Canto Solís, Miguel Canto para todos, reconocido en Yucatán y en el mundo por su trayectoria como monarca universal de peso mosca, cumplió ayer martes 76 años de edad.
Varios aficionados, gente de boxeo en el mundo, conmemoraron la fecha con mensajes de felicitación al “Maestro”, como se conoció al peleador yucateco por su larga, brillante etapa como campeón mundial de las 108 libras.
Miguel Canto, “el mejor peso mosca de la historia”
Al reportero del Diario muchas personas le recordaron desde temprano la fecha, 30 de enero, que, como dijo el aficionado Luis Molina, “hoy cumple años el mejor peso mosca de la historia”.
En su domicilio de Jardines Miraflores, con su esposa Irma Rodríguez Lara, el hermano de ésta, Javier; el hermano del exmonarca, Carlos “Calín” Canto, que fue mentor de muchas generaciones de boxeadores, y el joven enfermero Christian Alejandro Rivera Cuevas, que se encarga de cuidarlo, le cantaron las mañanitas, bromearon y cortaron un pastel de helado de chocolate.
Miguel Ángel comió doble rebanada, en una jornada matutina en la que se contaron anécdotas e historias de la leyenda de los pesos chicos, entre pastel, refrescos y café.
De cómo Miguel, con una carrera en la que su hermano Calín fue precursor, llegó a la corona de los moscas en la famosa “batalla de Sendai”, pues el 8 de enero de 1975 batió a la promesa de Japón, Shogi Oguma, para proclamarse rey de la división.
Y de cómo ha sobrevivido a pesar de las enfermedades que padece, sufridas por los golpes recibidos en su trayectoria en el viril deporte.
“Fue un hombre disciplinado siempre, de una condición física impresionante, que no descuidaba sus entrenamientos nunca”, dijo su hermano, que fue manejador de varios peleadores en esa época.
“Boxeaba 15 raunds hoy, y dentro de dos meses, o antes, ya estaba listo para volver a subir al ring para otros 15 asaltos”.
Largo, glorioso paso en el boxeo
Así escribió su largo reinado entre los moscas, en una época en que el dominio mexicano era notorio en la división (Guty Espadas fue en el ínter monarca de la AMB).
Todas sus defensas fueron en peleas a 15 raunds, nunca lo derribaron en ese lapso y la gran mayoría de los combates los realizó fuera de casa, especialmente con férreas batallas en Corea del Sur y Japón, aunque también fue a Venezuela a ganarle a Betulio González, su más acérrimo rival.
“No tenemos duda de que es el mejor deportista que ha tenido Yucatán, el más reconocido a nivel mundial”, comentó José Valentín Canto Presuel, aficionado que colecciona recortes del laureado púgil, con quien corrió muchas veces en sus jornadas de entrenamiento en el Estadio Salvador Alvarado.
Miguel, dirigido por Jesús “Cholain” Rivero, defendió con éxito 14 veces su diadema de los pesos moscas, perdiendo en la 15 en una controversial pelea contra Chan Hee Park en Corea del Sur. Fue mucho tiempo la cadena de peleas con título en juego más grande, récord que luego romperían otros púgiles.
Miguel Canto en el Salón de la Fama del Boxeo Mundial
Es el único peleador yucateco con un nicho en el Salón de la Fama del Boxeo Mundial, con sede en Canastota, Nueva York, donde fue entronizado en 1988.
Durante su época como rey de los moscas, sus peleas en la capital yucateca, ya sea en la Plaza de Toros Mérida o en el Parque Carta Clara, fueron grandes acontecimientos, con llenos que dejaban a cientos de seguidores fuera.
Además de su carrera en el cuadrilátero, se le recuerda por su don de gente. “Sencillo, introvertido, disciplinado y con una voz de niño”, recuerda el doctor Fernando Núñez Zapata, que le vio pelear en todos sus combates titulares y otros más.
“Como boxeador fue inteligente, nunca le repetías el mismo golpe, se desplazaba como en un ballet en el ring, tremendo bending, y su contragolpe era un relámpago. Y ante todo, un caballero en el ring”, explica el galeno.
Campeonatos de Miguel Canto
Canto perdió el 4 de agosto de 1973 su primera oportunidad titular, ante Betulio, en el Estadio “Luis Aparicio” de Maracaibo, Venezuela, en una discutida decisión dividida, tras fragorosa batalla de 15 vueltas.
El 8 de enero de 1975, ante Oguma, ascendió al trono de los pesos moscas, ganando la famosa “Batalla de Sendai” en el Centro Deportivo Miyagi, donde los nipones le aplaudieron su cátedra de boxeo.
Su dominio en la categoría se prolongó hasta que, el 18 de marzo de 1979, perdió por decisión dividida ante Chan Hee Park en el Gimnasio Gudeok de Busan, Corea del Sur. El 9 de septiembre de 1979 intentó recuperar la diadema, pero los jueces decretaron empate.
Siguió intentando volver a reinar, pero comenzó la debacle. De sus últimos cinco combates perdió cuatro, tres por nócaut, siendo la parte en que más castigo recibió y que en la parte final de su vida le están pasando facturas con lesiones cerebrales, pero sin robarle un milímetro de grandeza al ídolo yucateco.