Mario Maldonado Espinosa (*)

Por más que queramos decir o pensar que el próximo 2018 será un año fácil o que las cosas cambiarán, lo cierto es que la realidad no será así.

En primer lugar, contrario al poco aumento del salario mínimo, es un hecho que las cosas subirán de precio sobre todo en productos básicos. Habrá aumentos entre un 3% y un 7%. Después de la liberación del precio de la gasolina los yucatecos hemos visto poco o nulos beneficios de esta medida. De lo que sí hemos sido testigos es que aparte de los productos que son de la canasta básica que han y seguirán aumentando, también aumentan fuertemente otros productos como los artículos de higiene, entre otros.

Pero eso no es todo, las familias siguen cargando los gastos fuertes del gas, electricidad, a los que se suman el pago de servicios como basura, predial y otras costas como los de la educación, salud, etcétera.

Sin embargo, aparte de la carga pesada de los gastos, los yucatecos también nos veremos cercados de las promesas toda vez que estaremos inmersos en la contienda electoral del 1 de julio en la que se elegirá presidente de la república, senadores, diputados federales, gobernador, diputados locales y alcaldes, en la que sin duda habrán tentativos ofrecimientos, muchos de ellos imposibles de cumplir. Y aunque la elección será a mediados de año, difícilmente se verán los cambios que todos anhelamos. Lo que sí sería lamentable ante esta coyuntura es que el país y el estado se vayan a enfrentar en pugnas y conflictos llegando a la polarización irracional e innecesaria.

A nivel internacional, nuestro vecino del norte sigue insistiendo en que México pagará el muro que pretende construir, además del futuro incierto del Tratado de Libre Comercio que en caso de no firmarse la renegociación sin duda afectará a nuestra economía. Preocupación no menos importante es el status que tiene nuestra gente trabajando allí y que es amenazada de manera constante con ser deportada. La reciente reforma fiscal en Estados Unidos será otro factor que sin duda repercutirá aquí y a nuestra economía.

Por más que se hable de cifras sobre el empleo, la realidad demuestra que mucha gente sigue en busca de ellos. Pero la cosa no cambiará, ni las familias prosperarán si estos empleos no son bien pagados ni son por tiempo suficiente.

Si hablamos más de lo local, preocupa la inseguridad que se da en los vecinos estados de la península. Podemos decir que los yucatecos aún atesoramos el tema de la seguridad como un patrimonio público bien cuidado. Por lo mismo, el próximo año el reto será conservar esa seguridad pública. El enorme crecimiento de la ciudad, de la mancha urbana y de las personas que eligen a Yucatán como un lugar seguro para vivir, debe llevarnos no sólo a reflexionar, sino seguir tomando todas las medidas que sean necesarias para que sigamos siendo un estado seguro en comparación con otras partes de la república donde el crimen está a la orden del día y pone en peligro a millones de familias mexicanas.

En resumen, 2018 representa muchas expectativas, pero también será un año muy complicado para todos. Habrá muchas repercusiones que afectarán diversos sectores y en diversas materias. Hay en el camino mucho obstáculos que aún nos falta por recorrer y un estancamiento del que hay que salir. Todos queremos que las cosas cambien para bien, pero eso sólo se logrará si sabemos elegir bien a quienes estarán al frente del poder público.

Por el momento, no nos queda más que ajustarse los pantalones y elegir bien.— Mérida, Yucatán

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@mariomaldonadoe

Asesor Jurídico