Nos comentan que… Acuerdos entre los dirigentes nacionales de PAN y PRI propiciarían cambios en las candidaturas al Senado, diputaciones federales y el Congreso de Yucatán
De Ciudad de México nos llega la versión de que los presidentes de los partidos Acción Nacional (PAN), Marko Cortés Mendoza, y Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno Cárdenas, se reunieron recientemente y, junto con sus respectivos comités, llegaron a un acuerdo para una alianza en Yucatán que se traduzca en una candidatura común al gobierno del Estado y el Ayuntamiento de Mérida.
Es decir, el PRI apoyará las candidaturas de Renán Barrera Concha y Cecilia Patrón Laviada, respectivamente. Sin embargo, nos dicen que cambiará un poco la estructura que se perfilaba para los candidatos a senadurías, diputaciones federales y locales y algunas alcaldías.
En pocas palabras, habrá modificaciones en el mapa de candidaturas y ya se está trabajando en ellas. Lo que está bien definido son las futuras postulaciones de Renán Barrera y Cecilia Patrón. Seguramente en los próximos días se conocerán más detalles de este tema.
Cargada morenista contra Rommel Pacheco
Aunque muchos no lo esperaban, la contienda interna de Morena para seleccionar a quien será su precandidato y futuro candidato a la alcaldía de Mérida le ha puesto jiribilla al escenario político yucateco.
Para casi nadie es un secreto que Rommel Pacheco Marrufo fue seducido con esa candidatura, pero sus planes se han visto parcialmente obstaculizados por el rechazo de una parte de la base morenista y, más recientemente, por el registro de Manuel Díaz Suárez y el anuncio de las aspiraciones del diputado Rafael Echazarreta Torres al mismo cargo.
Así como el expanista Díaz Suárez dijo que Mérida no está para ser gobernada por un payaso que se sienta dentro de un “reality show”, Echazarreta Torres pidió a los morenistas que “no demos un salto al vacío” y recalcó que en su partido “cabemos todas y todos, pero no necesitamos que vengan a representarnos”.
El legislador, único morenista “de base” que ha levantado la mano para esa postulación, también advirtió de los peligros de que entren a Mérida el crimen organizado y el desorden, cuando, paradójicamente, otros lugares donde Morena es gobierno son azotados por la delincuencia.
Ofreció una estructura que no era suya
Lo que ha pasado en las últimas semanas con Rommel Pacheco Marrufo claramente podría formar parte de un análisis de estrategia política, pero de lo que no se debe hacer.
Después de varios meses de coqueteo con Morena, finalmente tomó la decisión de unirse al partido guinda al no ser favorecido en la encuesta interna de Acción Nacional para elegir a quien encabezaría al “Equipo Yucatán” con miras a 2024.
Arropado en el ámbito nacional por Claudia Sheinbaum Pardo, a pesar de la oposición en un sector del morenismo yucateco, el exclavadista se ha convertido en el típico caso de “chapulineo” político, pues del PRI pasó al PAN y luego se unió a Morena.
No obstante, son pocos los casos de políticos que son rechazados por la militancia de los tres partidos en los que hayan figurado. Ahora no solo se enfrenta a los fuertes señalamientos de priistas y panistas sino también a los de la base morenista de Yucatán, que lo califica de oportunista y advenedizo.
Una muestra de esa situación se palpó en su accidentado registro como precandidato a la alcaldía de Mérida, donde, como informamos ayer, algunos militantes guindas expresaron su molestia por este hecho y se generó un altercado propiciado por gente cercana al diputado federal.
Trascendió que Pacheco Marrufo “vendió” la idea de que llevaría a Morena a la estructura panista que lo apoyó para ser diputado federal, lo cual, como era de esperarse, no pudo cumplir porque no era estructura suya sino de Acción Nacional.
Se supo que, incluso, estuvo haciendo llamadas telefónicas a militantes panistas para pedirles que lo acompañaran en su registro. Nadie del PAN acudió a su llamado y tuvo que presentarse solo apoyado por algunos morenistas y uno que otro tránsfuga de PAN y PRI que ahora son de otro color. El exponente de mayor peso político en el evento fue el senador expriista Jorge Carlos Ramírez Marín, con quien se abrazó. Un ejemplo más de adversarios del pasado que ahora están hermanados por el mismo interés.