Fernando Ojeda

Fernando Ojeda Llanes (*)

En las empresas familiares que son dirigidas por el padre o la madre y avanza su edad, o por algún motivo desean dejar el puesto y la familia nuclear es larga, se encuentra con la disyuntiva de nombrar a un sucesor y este asunto debe ser en vida para empoderar al elegido.

Entre hijos y nietos de cualquier sexo, que laboren en la empresa, seguramente lo han hecho con éxito y varios de estos son candidatos a la sucesión, sin embargo, no es tarea fácil porque aun cuando profesionalmente los posibles candidatos han manejado bien la parte que les corresponde en el negocio, debe tomarse en cuenta la calidad de líder, su comportamiento y carácter personal, porque por ejemplo, alguno puede ser un buen financiero pero arrogante en su comportamiento y solo por la presencia del padre modula en cierto grado su forma de ser con ejecutivos y empleados no familiares.

Otro de los hijos puede ser un gran gerente de recursos humanos, pero muy gastador del presupuesto que le corresponde, no se puede imaginar qué sucedería con el flujo de efectivo si ya como director toma a su cargo el manejo del dinero de la compañía.

Debido a lo mencionado anteriormente y muchos asuntos más, la sucesión no es una cosa fácil, a veces se procede a nombrar al más amado, el más cariñoso o el mejor ejecutivo, esto puede ser una equivocación, la sucesión es un proceso que el padre o la madre deben planear con toda calma y mucha seriedad.

Sin embargo, aun cuando se haya hecho el mejor plan de sucesión y elegido al hijo mejor preparado para ser director general o líder de la familia, viene el problema de la herencia, el testamento del padre o la madre que otorgaron la sucesión.

El hacer un testamento de los bienes inmuebles o del dinero puede haber lograrse equidad cuando la familia es larga, pero qué hacer cuando se hereden las acciones de la empresa, independientemente de que se haya realizado una buena sucesión, lo que verdaderamente otorga el poder de la compañía no es el consejo de administración, ni la dirección general, ni siquiera un buen consejo de familia, sino quien tenga la mayoría de las acciones del capital de la empresa.

Entonces, el padre o la madre de familia no sólo deben pensar en la sucesión para dirigir el negocio, sino cómo distribuir en su testamento la cantidad de acciones de la compañía que les pertenece, porque debe tomarse en cuenta que dos o tres herederos pueden juntarse como mayoría de accionistas y dar al traste con la sucesión o toda la organización en general.

Entramos ahora en la disyuntiva de ¿qué es más importante, la sucesión o el legado de las acciones de capital de la compañía? Podemos tener dos respuestas, la primera es que todo el poder del negocio está en quien tenga la mayoría de las acciones, por tanto, no hay sucesión que valga. La segunda, no tengo la respuesta a mano, pero sí la siguiente pregunta: ¿a quién heredar las acciones, al sucesor o a los demás hijos más amados?

Lo que sí es seguro: que nadie de nosotros tiene la vida comprada y por tanto, todos en cualquier momento nos retiraremos a una vida mejor y sucederá con el padre o la madre dueños de las acciones, líderes de la familia y de la empresa, si no se hace un buen legado de las acciones, aún con fideicomisos latentes, esto puede significar el final de la empresa que les llevó tantos años en crear y desarrollar.

Para poder llegar a una buena respuesta de la pregunta anterior, el legatario debe tomar en cuenta si dentro de sus deseos está la permanencia de la empresa porque dentro de la familia nuclear, aun cuando varios laboren en la empresa, siempre habrá quienes deseen deshacerse de ésta y convertirla en dinero en efectivo por muchos motivos, sea para darse mejor vida o reinvertir o gastar los recursos de cualquier forma, esto puede traer rencores y conflictos en toda la familia cuando el padre o la madre falten en esta vida.

Los padres, hijos y nietos de toda empresa familiar, su mejor deseo es que la empresa permanezca y crezca a través del tiempo y la familia continúe unida, esto es un gran reto para su consejo de familia.

Como se podrá observar, los protocolos y reglamentos son muy útiles y deseables de formular en una empresa familiar, pero el poder que otorga la mayoría de las acciones del capital, parece ser ilimitado, aun cuando se cuente con un eficiente gobierno corporativo y consejo familiar, esto debe poner a pensar a los padres o madres líderes de familia y propietarios de las acciones en su testamento y sucesión.— Mérida, Yucatán.

ferojeda@prodigy.net.mx

Doctor en investigación científica. Consultor de empresas

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