Fernando Ojeda Llanes (*)

En empresas con gobierno corporativo la asamblea general de accionistas otorga un mandato para que el consejo de administración cuente con elementos para darle seguimiento a las operaciones que debe realizar la dirección general con todo su equipo de personal calificado y la organización del negocio.

He platicado en escritos anteriores de la utilidad de tener un buen control interno para la seguridad de las operaciones y evaluado en forma continua por auditoría interna; sin embargo, hay determinados procesos, por no decir todos, que tienen fallas en sus procedimientos, haciendo que haya deficiencias a veces graves en el desempeño de las operaciones.

La auditoría interna, a efecto de garantizar que el control interno esté funcionando, debe enfocarse en realizar su trabajo con base en una auditoría de procesos y no de operaciones; cuando se dedica solo a operaciones, pierde la vista de los procedimientos de control que obviamente llevan a deficiencias que redundan en faltantes en almacén, cuentas no cobradas, productos comprados de más, las ventas no amarran con los ingresos contabilizados.

En varias empresas me he encontrado con la sorpresa de que la contabilidad solo procesa cuentas generales del catálogo sin que se registren las subcuentas y así se encuentran sin un listado del adeudo a proveedores o de la relación de los créditos pendientes de cobro a clientes; estos controles se encuentran separados de la contabilidad, controlados por sistemas electrónicos independientes que no hacen el amarre automático con las cuentas, más grave de no tener las subcuentas tratándose del inventario de mercancías, se controlan en forma independiente y el costo de ventas puede no tener la razonabilidad de su determinación si se calcula a base de estimaciones.

Las empresas han perdido de vista la utilidad de la auditoría externa realizada por contador público independiente, debido a que se ha convertido en rutina de los empresarios y de los despachos de contadores realizar la auditoría solo para efectos fiscales; cierto que el auditor realiza sus pruebas sustantivas para obtener la información fiscal, pero pierde el enfoque de que su auditoría debe ser financiera, esto quiere decir revisión de los procesos, operaciones y evaluación del control interno que le dan vista para emitir su opinión positiva o negativa en su dictamen.

En varias empresas donde estoy de consejero en su consejo de administración he logrado que se cambie el enfoque de una auditoría eminentemente fiscal para que el despacho externo se dedique con más tiempo a pruebas sustantivas y evaluación del control interno, haciendo que, cuando menos trimestralmente, el contador público independiente presente un informe al consejo de su evaluación de procesos y deficiencias encontradas en la parte contable y financiera, sin obviamente descuidar el aspecto fiscal; esto ha llevado a obtener elementos de información valiosos para la toma de decisiones.

Toda empresa con gobierno corporativo requiere de tres elementos de supervisión que son: el comisario por la parte legal y dar confianza en la presentación de las cifras contables, el auditor interno que vigila los procesos y la auditoría externa que desde un punto de vista fuera de las operaciones continuas de la empresa, puede observar aspectos de importancia que, debido a las incesantes operaciones del negocio, los ejecutivos internos no pueden vislumbrar.

La auditoría externa trabaja en forma directa con los estados financieros de la empresa que los mínimos a formular son: balance general o estado de situación financiera, estado de resultados antes denominado de pérdidas y ganancias, estado de flujo de efectivo y estado de variaciones del capital contable, el contador general debe cuando menos mensualmente emitir dichos informes financieros con sus relaciones analíticas y previo a presentarlos debe realizar una revisión profunda de los mismos, no requiere aplicar técnicas de auditoría como el externo, pero es tal su conocimiento del negocio que en forma intangible con solo mirar las cifras de las subcuentas, detecta probables deficiencias que puede corregir de inmediato; es precisamente el funcionario de la empresa que puede percibir las fallas de control interno cuando durante su proceso contable percibe retrasos de información y cuentas que no le cuadran con sus registros y los reportes operativos; la auditoría externa, por tanto, es un potencial para evaluar los resultados de la actuación del contador general.— Mérida, Yucatán.

ferojeda@prodigy.net.mx

Doctor en investigación científica. Consultor de empresas.

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