Editorial

El reemplacamiento fue un duro golpe asestado por el gobierno local, aprobado por los diputados. Fue la recaudación anunciada en el primer año de gobierno de Joaquín (Huacho) Díaz Mena.

Los gobernantes se convierten en ávidos recaudadores de impuestos con el afán de llenar las arcas estatales, a veces con exageración y sin pensar en los sacrificios de los trabajadores y ciudadanos en general.

En otras entidades las placas son permanentes y cada determinado tiempo se aplica un módico pago y el trámite correspondiente para refrendar la permanencia. Pero aquí en la entidad, los gobernantes abusan con los precios y los tiempos, pues cobran por las placas más del doble del costo real y si pudieran el emplacado sería cada año, aunque buscan que cuando menos una vez sea el cambio, o dos si es posible, durante su administración.

Si se habla mucho de proteger la economía de las familias, el caso de las placas sería un asunto para que el gobernador y los diputados promovieran iniciativas para que en nuestra entidad sean únicas, permanentes.

Sin embargo, las autoridades quieren dinero rápido, y los impuestos y los préstamos son puentes para recaudar millonarios fondos. Estas recaudaciones recuerdan la época de los emperadores romanos que esquilmaban a los ciudadanos con impuestos exagerados para quitarles sus monedas o bienes que tuvieran.

Lo curiosos o incongruente es que los legisladores y autoridades de hoy fueron en el ayer los que se opusieron a los reemplacamientos y otros impuestos en gobiernos anteriores.

Recientemente, loa diputados aprobaron el paquete fiscal 2026, que incluye un nuevo impuesto, el incremento de tres y la reducción de dos, sin análisis serio, ni argumentos sólidos, ni discusiones respetuosas, menos escuchando las opiniones de diversos sectores de la comunidad. Pero sí entre gritos, chiflidos y ofensas de las personas llevadas al Congreso para este avieso y vergonzoso fin.

Plataformas

El nuevo impuesto se aplicará “a las tarifas efectivamente cobradas por las empresas de redes de transporte”. Las que utilicen plataformas tecnológicas. Por tanto, el incremento del 1.5 % sobre la tarifa de cada viaje afectará los bolsillos de los usuarios.

Por otro lado, hay un aumento de 2 a 3 por ciento a la tasa del Impuesto sobre el Ejercicio Profesional, principalmente en Salud: médicos, veterinarios, odontólogos que están exentos del Impuesto al Valor Agregado.

También un incremento de 1 a 3 por ciento a la tasa del Impuesto sobre Enajenación de Vehículos Usados.

Pero el gran golpe se da al Impuesto Sobre Nóminas, que pasa de 3 a 3.75 por ciento, pues esto tendrá impacto relevante en los trabajadores, en la creación de empleos y en los precios de los alimentos, diversos productos y servicios, aunque lo paguen los empresarios.

Hay molestia natural entre los empresarios; sin embargo, será un golpe demoledor para los que menos tienen, principalmente cuando inicia un nuevo año, debido a que todos esos impuestos servirán como pretexto para el aumento de todos los productos.

Para el gobierno estos impuestos son necesarios y “estratégicos” para garantizar la continuidad y el fortalecimiento de los servicios públicos, pero ¿en verdad este dinero se irá a educación, salud, a centros de atención social y a proyectos que beneficien directamente a la comunidad o a crear más obras inconclusas, a lujos, automóviles y a la adquisición de más bienes inmuebles de los funcionarios?

Afortunadamente, por no contar con el número necesario de los legisladores, en el Congreso local no le aprobaron a Huacho Díaz Mena el préstamo de $1,530 millones que pidió. Ante este rechazo, el estado no adquirió otra deuda para que paguemos los yucatecos.

En este segundo año de gobierno el renacimiento de los impuestos afectará la economía de muchas familias. Si los productos y alimentos aumentan casi a diario con los reetiquetados frecuentes en los comercios, más ahora con el nuevo año con la justificación de los impuestos.

Si existe el “rey del moche”, el empresario consentido del gobierno estatal y una de las cabezas visibles del llamado “gobierno paralelo”, ante el reemplacamiento, nuevos impuestos y aumento de otros, al estilo de los emperadores de la antigua Roma, surge también el nuevo rey de los impuestos.

Esperemos que la millonaria recaudación sirva para beneficiar al pueblo yucateco y no se desvíen suntuosas partidas para el derroche, viajes a China, altos incrementos salariales, automóviles y, sobre todo, para los bolsillos de muchos funcionarios.— Mérida, Yucatán

Profesor

Noticias de Mérida, Yucatán, México y el Mundo, además de análisis y artículos editoriales, publicados en la edición impresa de Diario de Yucatán