La caravana de Osane

“Feliz Navidad, Santa”, exclamó Alma, una de las jóvenes con discapacidad intelectual del albergue Pastoral del Amor apenas vio a Santa Claus.

Santa la abrazó, le dijo algo y, tras entregarle un paquete de regalos, la invitó a bailar al ritmo de los temas navideños que se escuchaban.

Así empezó el recorrido que año con año voluntarios de la Organización de Servicios y Ayuda para la Navidad de los Enfermos (Osane) realizan acompañados de Santa en hospitales y albergues de la ciudad.

Como ya es costumbre, el primer punto fue el convento de las Madres Guadalupanas, en la colonia García Ginerés, con los jóvenes de Pastoral del Amor.

Los chicos llegaron a las 9 y apenas bajaron de la camioneta se lanzaron hacia el personaje navideño que los esperaba sonriente a la entrada de la capilla.

El año pasado la entrega se realizó después de la misa que ofició el arzobispo de Yucatán monseñor, Gustavo Rodríguez Vega, pero en esta ocasión, dado que el día 24 cayó en domingo, la misa por cuestiones de agenda se celebró el sábado 23 a las 8 de la noche.

Esta fue la primera vez en 51 navidades que Osane visitó el albergue de las hermanas misioneras de Cristo Resucitado donde se atiende a personas con VIH-Sida.

El resto de la agenda permaneció igual: la repartición a los chicos de Pastoral en el convento y la visita a los albergues San Vicente de Paúl, Ciudad Vicentina, Teresa de Calcuta y los hospitales Agustín, O’Horán, Corea-México y Benito Juárez del IMSS.

Gabriel Martínez Pérez, presidente de Osane, recordó que la Navidad de los enfermos, como también se le conoce a la labor, la inició en 1967 el padre Jenaro Cervera Ceballos, entonces capellán de los hospitales.

“Él al ver que mucha gente en Navidad la pasaban enfermos y en soledad en los hospitales, se le ocurre llevarles regalitos y platicar con ellos hasta que poco a poco se organizó más gente”.

El padre falleció en 1989 pero su labor altruista la continuaron los integrantes de Osane, que se había constituido cuatro años antes.

En esta ocasión, los voluntarios de Osane empezaron a trabajar a principios de diciembre recolectando regalos, clasificándolos y envolviéndolos. Incluso el día 22 fueron a las instituciones seleccionadas para levantar un censo y conocer edades y tallas de los enfermos, porque Osane entrega regalos personalizados.

Gabriel Martínez señaló que este año se juntaron 817 paquetes (cada uno traía varios regalos), incluyendo 120 para recién nacidos. El de los bebés, dijo, contenía diez pañales desechables, tres playeras, un cobertor y pares de calcetines.

El resto de los paquetes incluían un cobertor, una toalla y un suéter, y un short y una playera si el beneficiario era hombre o una bata si se trataba de una mujer. Al de los niños se les agregó juguetes y productos de higiene personal, así como un pantalón corto y playera si era varón, y juguetes y un vestido si era niña.

“Obviamente todas las donaciones son importantes pero sobre todo el tiempo, porque sin toda esa gente que nos apoyó y dedicó sus noches no hubiéramos podido hacerlo: envolver 5,500 regalos, clasificar los juguetes y armar los paquetes no es nada fácil. Realmente estamos agradecidos porque sin ellos no se lograba la obra”.

Para la repartición se formaron dos grupos: uno fue al comedor de las hermanas de Teresa de Calcuta, el hospital Corea-México, Ciudad Vicentina y el albergue para personas con VIH, y el otro grupo acudió al albergue San Vicente de Paúl y los hospitales O’Horán y Juárez.

En el albergue San Vicente de Paul Santa Claus llegó a las 10:30 de la mañana al ritmo de villancicos que interpretó el mismno grupo de jóvenes que amenizó la entrega en el convento de las Madres Guadalupana. Allí se entregaron 45 paquetes a igual número de personas en su mayoría niños como la pequeña Camila de 2 años de edad.

“Me siento muy alegre, aunque con tristeza porque mi hija tiene leucemia”, expreso Fanny Chan. La familia es de Playa del Carmen, pero debido a que Camila constantemente tiene citas y tratamientos en el O’Horán, decidió mudarse a Mérida y rentar casa. “Doy gracias a Dios y a las personas que son donadores”.

Otra pequeña que recibió regalo fue Zaira Martín Azcárate de 7 años de edad. La pequeña, quien sufre de atrofia muscular llegó con su madre Angélica Azcárate Uc, quien se dijo feliz por los presentes. “Estoy muy feliz y mi nené igual. Estamos emocionadas por todo esto que nos dieron: cobertores, galletas y una minidespensa”, expresó vecina de Tixcacal.

Santa también consintió a Alexa Burgos Leal, también de 7 años. La niña, a quien acompañó su madre Sandri Leal Dzul, fue diagnosticada con leucemia a los 3 años pero desde hace cuatro que sólo está en observación.— J.I.C.E.

 

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