Rocío Canché Oy y

Rocío Ileana Canché Oy y María Fernanda Damián Rivera, de 28 y 29 años de edad, respectivamente, vislumbraron su futuro como enfermera y abogada al servicio de la comunidad.

Sus vidas transcurrieron como las de muchas jóvenes, hasta que Dios las llamó a la vida consagrada por medio de las Misioneras de la Madre de Dios.

Rocío, originaría de Tunkás, Yucatán, sintió con más fuerza el llamado cuando asistía a la enseñanza de las sagradas escrituras y en la liturgia de las horas, a cargo de las religiosas mencionadas que se encontraban de misión en su poblado natal.

A María Fernanda, originaria de Coatzacoalcos, Veracruz, y vecina muchos años de Champotón, Campeche, no se le quitó de la mente la afirmación de una misionera de la Madre de Dios: “tú tienes vocación”. Y después de dos años dijo que sí a Dios.

Después de nueve años de formación, con los que sumarían los estudios de dos carreras universitarias, y de dar el sí a Cristo todos los días, ambas religiosas se consagrarán a Dios para toda la vida por medio de la profesión de votos perpetuos.

La ceremonia se realizará el 2 de enero, a las 8 de la noche, en el convento de las Misioneras de la Madre de Dios, de esta ciudad, con ceremonia eucarística que presidida el arzobispo de Yucatán, monseñor Gustavo Rodríguez Vega.

El convento se ubica en el número 94-A de la calle 22 entre 13 y 15, de la colonia Chuburná. La misa será abierta a la comunidad.

Las jóvenes religiosas comparten que se sienten muy felices de llegar a este momento de sus vidas, en las que ha valido la pena dejar muchas cosas y personas para trabajar por la extensión del reino de Dios, apoyar a la Iglesia en el plan diocesano de pastoral y por la santificación de sus personas y familias.

María Fernanda Damián comparte que nunca se había imaginado ser religiosa y hoy es feliz de haber sido llamada a la vida religiosa, que tanta falta le hace a más mujeres.

“No tengan miedo de remar contra corriente”, dice.

Rocío Ileana Canché reitera que sí vale la pena dejar todo para consagrarse a Dios, el que da la vocación.

“Vayan al Santísimo y pidan mucho”, dice la religiosa a jóvenes que han sentido la inquietud vocacional.

En signo de la profesión perpetua, las religiosas recibirán un anillo, explica la religiosa Cecilia Lozano Mendoza, superiora de la congregación yucateca.

Detalla que en la misa las religiosas serán presentadas a la comunidad.

Su primera ceremonia

La superiora comparte que se encuentra muy feliz por las profesión perpetua de las consagradas, porque será la primera experiencia de este tipo que vivirá desde que está al frente de la congregación, hace un año y medio.

“Me da alegría que hayan dado respuesta a Dios después de tantos años”.

Las Misioneras de la Madre de Dios fueron fundadas hace 37 años por el padre Roberto Luis Russel Thimes y cuenta con 63 religiosas.

En la entrevista estuvo la religiosa Marcela García Mota, integrante del consejo.— Claudia Sierra Medina

María Fernanda

La religiosa nació el 23 de marzo de 1988, en Coaztzacoalcos, Veracruz. Es hija de Víctor Damián Rodríguez y Gabriela Rivera Jiménez. Sus hermanos son Edson y Genny. A la congregación de las Misioneras de la Madre de Dios ingresó en 2007.

Rocío Ileana

La religiosa nació el 1 de junio de 1989, en Tunkás, Yucatán. Es hija de Pedro Pablo Canché Torres y Edmunda Oy Chan. Sus hermanos son Vicente, Ariel, Fátima, Milca y Pedro. A la congregación ingresó en 2008.

Agradecimientos

Las religiosas agradecen a su familia y a la congregación por todo el apoyo que han recibido, en su vocación.

La congregación

Las misioneras de la Madre de Dios tienen presencia en Pachuca, East Palo Alto, California, Estados Unidos; Experiencia de fundación en Francia, casa en Motul y presencia en diferentes municipios de esta entidad.