MÉRIDA, Yucatán.— Gisela Antonuccio, escritora y periodista nacida en Argentina pero que hace un tiempo se estableció en México; ha consolidado su carrera literaria a través de una narrativa que explora la complejidad de los vínculos humanos. Su más reciente novela, Hermanas, publicada por la editorial Hachette, aborda la incondicionalidad de los lazos afectivos más allá de la biología, cuestionando las etiquetas impuestas por la sociedad y ofreciendo una mirada profunda sobre la naturaleza del amor y sus límites.
“Hermanas”: los vínculos familiares más allá de la biología
“El corazón de Hermanas trata sobre la incondicionalidad, sobre el amor y las formas de querer; con sus limitaciones y las formas que a veces las personas, los personajes en este caso, pretenden del querer del otro. Trata sobre los límites del amor y la incapacidad a veces de dar aquello que el otro está esperando de nosotros”.
La autora, quien en 2008 publicó La Hija, mantiene una coherencia exploratoria en su obra, enfocándose en las relaciones familiares como eje narrativo.
“El ámbito de la familia es formativo y al mismo tiempo deformativo. Una palabra hoy más ajustada de los tiempos sería cómo nos deconstruimos, ¿qué tomamos de la familia de aquel modelo y a qué decimos esto no es para mí?”.
En Hermanas, Gisela Antonuccio presenta la historia de dos mujeres (Vanesa y Lorena) que, aunque no comparten lazos de sangre, han crecido juntas y se han considerado hermanas desde siempre. La novela desafía la idea de que la familia debe estar definida por la biología y plantea que los vínculos afectivos pueden trascender cualquier etiqueta impuesta por la sociedad. Para la escritora los vínculos genuinos trascienden las etiquetas de religión, pasaporte o consanguinidad.
Uno de los temas centrales de la novela es la manera en que los adultos modelan la percepción de la infancia. “Los niños son muy permeables y lo que propone esta historia es que estas chicas, estas niñas no se cuestionan su hermandad”. La historia de Hermanas refleja una realidad común en América Latina, donde las circunstancias económicas y sociales obligan a muchas familias a adaptarse a nuevos modelos de crianza, como el cuidado de los niños por parte de abuelos u otros familiares. “¿Qué le vamos a decir a una abuela que ha criado a su nieto porque sus padres tuvieron que emigrar? ¿Que no es su madre porque no lo parió? No lo creo. Me resisto a aceptar que los vínculos estén definidos solo por la biología”.
Gisela Antonuccio en México: Una mirada literaria en constante evolución
El paso del tiempo ha transformado la mirada literaria de Gisela Antonuccio, llevándola a explorar nuevos géneros y formatos narrativos. Su residencia en México ha sido un punto clave en esta evolución. “Desde que vivo aquí, mi campo de escritura se ha expandido. He comenzado a escribir y producir podcasts, combinando mi oficio periodístico con la creación literaria”, comenta. Esta fusión entre la investigación y la ficción le ha permitido abordar historias desde diferentes perspectivas y desafiar su propio estilo narrativo.
Para la escritora, la experiencia es un factor determinante en la evolución de un autor. A medida que ganas edad, ves más cosas. El escritor, aunque crea ficción, se alimenta de la realidad.
“El escritor por más que cree elementos de ficción y campos de ficción, es inevitable que no se alimente de aquello que ve. Y a medida que uno va ganando independencia, va ganando soltura, va ganando confianza y eso se logra con la edad y con el tiempo, uno comienza a ver diferente, uno empieza a ver más cosas, no solamente porque se mueve diferente o va más lejos, sino porque su agudeza cambia. Uno pierde quizás inocencia y el escritor me parece que necesita no ser inocente”.
A pesar de la complejidad de los temas tratados en Hermanas, Gisela Antonuccio nunca consideró excluir ninguno por ser tabú. “La literatura está para eso, para incomodar, para sacudir al lector y que así como los personajes en una historia se transformen o salgan diferentes, en el mejor de los casos de una manera muy idílica, el lector debería también transformarse”.
El impacto de “Hermanas” en los lectores
En su experiencia, muchos lectores le han expresado cómo su obra los ha llevado a repensar sus propios vínculos familiares, un impacto que la autora valora profundamente.
Actualmente, Gisela Antonuccio trabaja en una nueva novela que también gira en torno a la familia, aunque con un enfoque diferente. “Esta vez hay más personajes masculinos”. Su exploración sobre los lazos familiares continúa evolucionando, planteando nuevos desafíos narrativos. “La presión de lo que viene luego. Más que una huella deja una presión después. Estoy escribiendo ahora una historia también familiar y uno inevitablemente se hace cuestionamientos. No se tiene que parecer o sí se tiene que parecer, tengo que perder la voz, pero los personajes tienen otra voz. Entonces me dejan retos de cómo tiene que ser lo siguiente, si me tengo que alejar completamente, me deja preguntas”.
Hermanas está disponible en librerías de México y en plataformas digitales, además de contar con una versión en audiolibro, su precio aproximado es de 300 pesos.
La autora se presentará hoy a las 17:15 hrs en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey), en el salón Chichén Itzá, Sala Roldán Peniche Barrera y tendrá la oportunidad de interactuar con sus lectores así como la firma de libros.
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