MÉRIDA.- Martha Rosa Fernández Medina, vecina del fraccionamiento San Miguel, es una de las principales promotoras de que en los hogares se coloquen nacimientos y nunca desaparezca esta tradición, tanto en las casas como en los sitios públicos.
Ella creció con esta costumbre y desde hace 30 años coloca un nacimiento que mide dos metros y medio de ancho por dos de alto. En los primeros días de diciembre el belén va tomando forma con cajas, mesas, huacales, papel tierra, heno, focos y más de un centenar de personajes y animales.
La estructura tiene tres cuevas y en la más alta coloca a las figuras de José, María, el Niño Jesús, los tres Reyes Magos, un ángel con su trompeta, un pastor y animales.
“Eso es la Navidad, el nacimiento de Jesús”, expresó Martha Rosa Fernández.
Confesó que cada año le da más trabajo hacer el montaje del nacimiento, pero lo hace con mucho fervor con la ayuda de sus hijas. Antes colocaba unas villas que formaban una composición mayor, pero ahora ya únicamente pone el nacimiento, el cual retira días después de la fiesta de la Epifanía del Señor, que se celebra el 6 de enero.
La entrevistada adquirió el gusto por esta tradición de su madre y se encarga de continuarla con su familia. Su belén es disfrutado por sus familiares y allegados que van a visitarlo.
Además de colocar el nacimiento, a la medianoche del día 24 también realiza el arrullo del Niño Jesús en casa.
La vecina de Mérida invitó a las personas a montar sus nacimientos sin importar el tamaño, “lo importante es mantener la tradición de la Navidad”.
Opinó que esta costumbre debe continuar hasta en sitios públicos y lamentó que algunas personas se hayan manifestado en contra de las recreaciones públicas de la Natividad. “Deseo que esta iniciativa no proceda porque un nacimiento no le hace daño a nadie, al contrario recuerda el verdadero sentido de la Navidad”.— CLAUDIA SIERRA MEDINA