Recibimos un correo del señor Víctor José Ramírez Peña que en sus partes medulares dice lo siguiente:
Haciendo uso de mi derecho a la libertad de expresión con la plena compresión de las posibles consecuencias que podría tener por hacer un mal uso de un derecho, me dirijo a usted Dr. Adrián Curiel Rivera, para expresar unas palabras en respuesta al editorial de su autoría publicado en el Diario de Yucatán y por el mensaje de WhatsApp que circula por redes sociales, el que presumo también es de su autoría por el texto que lo acompaña (algo digo sobre cierta sabandija).
El escrito editorial del Dr. Curiel Rivera lo hubiese dejado como una anécdota más de las múltiples que han sucedido entorno al Cephcis, pero no puedo permitir que ensucie la imagen de la Aapaunam a través de mi persona, a la cual podría usted dedicarme “una novela con los piropos más finos y encantadores de su pluma fina vic”, pero es importante dejarle en claro un posicionamiento directo y de frente, como es mi personalidad.
Su escrito sólo demuestra que un literato te puede arrancar bostezos con tanta introducción para llegar a su intención final: difamar y calumniar a un compañero de trabajo sin prueba alguna. Y si las tiene, preséntelas.
Es bien sabido dentro del Cephcis, de la UNAM en Yucatán y del subsistema de humanidades, que durante su desempeño como director se aprovechó de su cargo y benefició a sus amigos y familiares, razón por la que, desde mi punto de vista, lo publicado es verdad debido a que hasta ahora da una respuesta y no al día siguiente de su circulación, tal y como lo estoy haciendo con usted en este momento, es decir, los embustes, chismorreos y publicaciones se atacan de frente. Usted pudo haber solicitado su derecho a replica o una aclaración, y no nunca lo hizo.
En mi calidad de Consejero Universitario de la UNAM (que le hizo falta resaltar en su escrito), hice protesta frente a nuestras máximas autoridades universitarias, de que los asuntos que competen a la UNAM, se resuelven dentro de la UNAM. Razón por la que limito hasta aquí mi respuesta a un escrito que hace mención a mi persona, comportándose como un “académico de la UNAM de sospechosa capacidad científica”, preguntándome ahora ¿quién es la sabandija?.
Espero que el presente correo sea tomado en cuenta a la hora de volver a considerarlo para algún puesto dentro de la UNAM, ya que si habla de méritos, entre los suyos se encuentran el de venir de una familia con poder dentro la UNAM, y el mío, es de venir desde abajo, desde el esfuerzo individual como puedo demostrarlo, incluyendo mis oficios diversos desempeñados ajenos al ámbito académico.
Como académico, me pongo a sus órdenes Dr. Curiel para resolver cualquier diferencia que persista en usted y dejar en claro que lo que sucede en la UNAM se resuelve en su interior a través de los órganos competentes, y si persiste su molestia a más de dos meses, quedan las instancias legales externas, las cuales también le invito a utilizarlas.
El señor Adrián Curiel Rivera también nos copia la respuesta al escrito anterior.
Pues presente usted las pruebas de que me aproveché del cargo, Sr. Ramírez. Usted ni bostezos arranca. Y si no opiné antes fue porque no había necesidad alguna. Era evidente que usted no ocuparía la dirección, porque no tiene mérito alguno para ello. Y los procedimientos de la UNAM, como se pudo comprobar, no están sujetos a campañas de difamaciones. Que pase buena tarde.
