MÉRIDA.- Las decisiones del gobierno de Yucatán en la manifestación del 8M y la protesta de los maestros han generado un impacto significativo en la percepción ciudadana.
De acuerdo con Érica Millet Corona, experta en Imagen Pública y Comunicación Política e Institucional, las expectativas que la sociedad tenía sobre un cambio positivo en la actual administración se desmoronan.
“Estamos hablando de la imagen de estas acciones. Yo creo que en este caso, para el pueblo yucateco, está resultando en acontecimientos muy reveladores”, señala la exsecretaria de Cultura del gobierno anterior.
Pasado vs presente: hay constraste entre gobernadores
La exfuncionaria explica que, después de un gobierno pragmático y frío de Mauricio Vila Dosal, se esperaba que la nueva administración, encabezada por Joaquín Díaz Mena, mostrara una actitud más humana y cercana a la ciudadanía.
Sin embargo, las respuestas represivas ante las protestas han generado una disonancia entre la imagen proyectada y la realidad de sus acciones.
“Esta expectativa del gobierno más humano, más cercano que en un principio trataron de imprimirle a la imagen de Joaquín Díaz Mena, como una persona más sensible, más en contacto con la cultura, con un alma más abierta y más receptiva, se está viendo completamente contrapuesta o contradictoria”.
Érica Millet indica que la confianza en las autoridades es fundamental en una democracia, mientras que el autoritarismo se alimenta del miedo y la represión.
“Este nuevo gobierno pronto empieza a reaccionar o actuar de una manera en la que definitivamente se desestiman todas estas expectativas.
Se invalidan las manifestaciones y además de una forma torpe.
Sabemos que ellos heredaron problemas, pero su actitud es indolente porque desestima, de primera intención, los reclamos, las necesidades del pueblo al que dicen representar y defender”.
También recuerda que en solo un mes se han registrado múltiples manifestaciones y la respuesta gubernamental ha sido la represión y la indiferencia.
Por ende, la imagen que se construye es la de un gobierno autoritario.
“En relaciones públicas y en el estudio de la imagen pública, hay una premisa que dice: ‘Es más fácil construir una imagen positiva de cero que luego cambiar la percepción que alguien ya tiene sobre un personaje público o sobre un gobierno’.
En este caso, creo que esto será muy difícil de revertir a la larga”.
Golpe a la imagen en Mérida; rescatable en el interior del estado
Si bien, el impacto de estas acciones podría ser menor al interior del estado, donde la información no siempre circula con la misma intensidad que en la capital, Érica Millet puntualiza que una parte importante de personas que votaron por Díaz Mena provienen de Mérida.
Muchas de ellas podrían sentirse decepcionadas ante la postura del gobierno.
Asimismo, la especialista apunta que la represión puede generar un efecto contrario al deseado por las autoridades, ya que cuando el hartazgo de la población alcanza niveles críticos, las protestas pueden intensificarse en lugar de disiparse.
“Nosotros sabemos que a una acción siempre se contrapone otra como que en la misma intensidad.
Entonces, las acciones represivas del gobierno pueden encender los ánimos y acentuar el deseo de las personas por ser escuchadas y yo creo que esto es algo que vamos a seguir viendo.
Que la gente muestre indignación y tenga el valor de manifestarse no es una mala señal cuando ya hay un hartazgo ante la indolencia del gobierno, los abusos, la sordera que ha sido sistemática a lo largo de muchísimos años y muchísimos sexenios.
Porque todavía queda la esperanza de que les queda algo de fuerza para luchar por sus derechos”.
Y es que, dice, cuando el miedo y la represión son ya más grandes que las ganas de alzar la voz, se ha perdido toda la esperanza.
“Esperemos que las decisiones del gobierno en este sentido no vayan en escalada al grado de representar un escenario de terror en el que, más allá de reprimir, sea silenciar por completo o acabar con movimientos.
Por ejemplo, los casos del 8M y de los maestros, y la represión a estas acciones no solucionan nada, pero sí dicen mucho de quién gobierna”.
Cambio urgente en el gobierno de Yucatán
La entrevistada advierte que la administración estatal necesita un cambio de estrategia urgente.
El camino actual no solo afecta su imagen pública, sino que también podría derivar en un escenario político y social complejo para Yucatán.
Para revertir esta percepción negativa, recomienda un viraje en la estrategia gubernamental, basado en el diálogo, la cercanía con la ciudadanía y una estructura sólida de comunicación y negociación.
“Este viraje requiere una estrategia bien planeada y estructurada de reuniones, charlas y cabildeo”, concluye.
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