Una locataria de la Central de Abasto enseña su variedad de aguacates y lechugas a una clienta. Los precios de la mercancía están estables
Una locataria de la Central de Abasto enseña su variedad de aguacates y lechugas a una clienta. Los precios de la mercancía están estables

Las altas temperaturas que se viven en Mérida no solo afectan a los ciudadanos, sino también representan un verdadero reto para los comerciantes de la Central de Abasto.

Si no reciben el cuidado adecuado, frutas como la papaya, la piña y el plátano se convierten rápidamente en merma y de ahí la importancia de conservarlas en óptimas condiciones, una tarea que en esta temporada ya forma parte de la rutina diaria.

En un recorrido, locatarios de la Central de Abasto de Mérida compartieron algunas de las estrategias que aplican para enfrentar el calor. Entre las más comunes son trabajar con productos del día, sacar únicamente lo necesario y venderlos ese mismo día.

Además, el tomate y el plátano se almacenan en refrigeración para prolongar su vida útil.

Aunque las ventas no han disminuido de manera drástica, sí se ha notado un impacto en la conservación de los alimentos.

“Hablamos de una merma considerable, aunque no del 100%, pero sí afecta bastante”, señaló Gustavo Bass.

Precios estables en la Central de Abasto de Mérida

Por el momento, los precios se mantienen relativamente estables en la Central de Abasto de Mérida: el tomate se vende de $22 a $28, según el tamaño y la calidad; la cebolla blanca a $14, la roja en $17; la zanahoria a $24 y el limón a $34.

No obstante, algunos cítricos como la naranja dulce y la naranja agria aumentaron de precios, pues se ofrecen a $25 y $35, respectivamente.

Laura Manzanero Castillejos comentó que ha optado por usar cuartos fríos para evitar la rápida maduración de las frutas. Sin embargo, esta medida no ha impedido que los precios incrementen, ni que las ventas se vean ligeramente afectadas.

“Antes estábamos al 100% en ventas, ahora estamos en un 80%”, explicó.

De igual manera, los vendedores estiman que el calor genera una pérdida de hasta un 60% en mercancía. Por ello, redoblan esfuerzos para cuidar la calidad de lo que ofrecen a sus clientes.

A pesar de las dificultades climáticas, la Central de Abasto mantiene un flujo constante de compradores.— VANESSA ARGÁEZ CASTILLA

Un 60% de pérdida

Los vendedores de la Central de Abasto de Mérida calculan que el calor genera una pérdida de hasta un 60% en mercancía. Por ello, redoblan esfuerzos para cuidar la calidad de lo que ofrecen a sus clientes.

Flujo constante

A pesar de las dificultades climáticas, la Central de Abasto de Mérida mantiene un flujo constante de compradores, quienes buscan frutas y verduras.