En Mérida y en el estado hablar de reciclaje es cada vez más común. Existen campañas, contenedores diferenciados y programas escolares que buscan fomentar esta práctica.
Sin embargo, en este contexto surgen preguntas importantes: ¿realmente están funcionando? ¿La ciudadanía entiende qué implica reciclar?
Para la doctora Diana Cabañas, profesora investigadora de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Autónoma de Yucatán y responsable del programa Uady Sustentable, el problema va mucho más allá de “echar la basura en el bote correcto”.
“La sociedad yucateca necesita más que campañas de reciclaje”, afirmó la doctora Cabañas Vargas sobre esta situación.
Según explicó en entrevista con Diario de Yucatán, para que se pueda hablar de una cultura del reciclaje se “requiere conciencia, educación ambiental y un compromiso real con el manejo integral de residuos”.
En ese sentido, la responsable de Uady Sustentable advirtió que “esto no depende solo de la ciudadanía”, implica a varios entes como las autoridades y los organismos encargados del manejo de los residuos.
Sobre esto señala que “el reciclaje no es un proceso aislado, es solo una parte del manejo integral de los residuos sólidos”.
Según describió la doctora Diana Cabañas, el manejo de residuos sólidos abarca desde su generación hasta la disposición final. Por tanto, expuso, que si no hay educación ni separación adecuada desde el origen, todo el sistema colapsa
Desperdicio de materiales
Para la doctora Diana Cabañas, profesora investigadora de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Autónoma de Yucatán y responsable del programa Uady Sustentable, uno de los principales obstáculos que se enfrentan en el reciclaje de la basura es la percepción generalizada, incluso en Yucatán, de que separar los residuos no vale la pena.
“La gente piensa: ‘¿Para qué separarlo si el camión lo mezcla todo?’. No se preguntan qué pasa después ni cómo pueden contribuir al proceso. Y los recolectores, muchas veces, tampoco conocen el valor de mantener los residuos separados”, señaló.
Además, enfatizó que el término correcto que debería utilizarse es “separación de residuos” y no simplemente “reciclaje”.
También indicó que materiales como el PET, el cartón o el aluminio solo pueden ser reciclados si no están contaminados con restos orgánicos. Un punto crítico que destaca es el desaprovechamiento de los residuos orgánicos, que en Yucatán podrían transformarse en composta.
“Aproximadamente el 35 % de los residuos que se tiran son restos de alimentos o de jardinería. Todo eso se mezcla y termina en el relleno sanitario cuando podría utilizarse como mejorador de suelos”, apuntó.
Asimismo, destacó que los residuos que se descomponen rápido como los restos de comida o poda pueden convertirse en composta.
“Es un tipo de reciclaje llamado composteo, y en nuestro contexto sería sumamente útil”.
La doctora subrayó que muchas campañas están mal planteadas desde el inicio.
“No se trata solo de recolectar botellas. Hay que educar sobre la separación adecuada”, enfatizó.
También recordó que otros materiales como plásticos, papel, madera, textiles, aluminio y vidrio pueden reciclarse, aunque cada uno requiere procesos distintos y no siempre son fáciles de aplicar.
La doctora Cabañas Vargas indicó que para encontrar soluciones a los problemas del mal manejo de residuos no se trata necesariamente de crear más normas.
Más bien, apuntó, se trata de “vigilar que las que ya existen se cumplan”, concluyó.— VANESSA ARGÁEZ CASTILLA
Factor clave
La clave para que exista una correcta cultura del reciclaje y el manejo de recursos está en la educación ambiental, “en hacer entender a todos cuál es su papel en el sistema”, explicó la doctora Diana Cabañas, investigadora de la Uady.
El primer paso
“Si cada persona hace su parte y separa sus residuos correctamente, aunque el recolector no lo haga bien aún, ese será el primer paso para que el sistema empiece a funcionar”.