Con la llegada de la temporada de lluvias el ambiente se refresca, pero también aparecen visitantes no deseados: insectos que buscan refugio o alimento y que en muchos casos representan un riesgo para la salud humana.
Desde cucarachas y hormigas hasta mosquitos y escorpiones, su presencia se incrementa notablemente en esta época del año, especialmente en regiones como Yucatán, donde las condiciones climáticas favorecen su proliferación.
Para entender este fenómeno el entomólogo José Ismael Martínez Noble, investigador asociado del Museo de Historia Natural de Florida y de la Florida State Collection of Arthropods, en entrevista con el Diario ofreció información clave sobre las especies más comunes, sus riesgos y las medidas más eficaces para prevenir su presencia en los hogares.
“Las lluvias marcan el fin de una especie de pausa que hacen muchos insectos debido al calor extremo y la falta de alimento”, explicó.
“En cuanto cae la primera lluvia inicia un estallido de vida: emergen orugas, mariposas y lamentablemente también los insectos considerados plagas, como cucarachas o mosquitos”.
Ese proceso se conoce como diapausa, una especie de hibernación que termina con la llegada de la humedad, la cual activa su metabolismo y ciclo reproductivo.
“Estas condiciones, sumadas a la humedad acumulada en casas, patios o charcos, generan un ambiente perfecto para su reproducción”, detalló Martínez Noble.
Entre los más molestos, aunque generalmente inofensivos, se encuentran los escarabajos y grillos, conocidos popularmente como “los bichos que chillan en la noche”.
Otros como las cucarachas, si bien no pican, son un serio problema de salud pública debido a la gran cantidad de bacterias que transportan, sobre todo en cocinas y baños.
Mosquitos matan más humanos al año
Pero el mayor riesgo lo representan los mosquitos. “Son el animal más letal del mundo, ya que matan a más humanos al año que cualquier otra especie, incluyendo tiburones, tigres, entre otros”, advirtió el especialista.
En especial el “Aedes aegypti”, transmisor del dengue, zika y chikungunya, se reproduce con facilidad en climas cálidos y húmedos como el de Yucatán.
Martínez Noble recordó que las hembras de mosquito requieren sangre para producir huevecillos, llegando a depositar miles si encuentran lugares con agua estancada. Por ello, su principal recomendación es clara: “Sin agua no hay mosquitos”.
Además de vaciar cubetas, macetas y recipientes, el entomólogo sugirió tapar contenedores de agua y, si se recolecta agua de lluvia, tratarla adecuadamente o añadir cal para impedir el desarrollo de larvas.
También destacó la utilidad de repelentes naturales como hojas de nim, clavo de olor hervido, lavanda, hierbabuena y tabaco remojado en alcohol.
Entre los mitos que deben erradicarse, mencionó que tener plantas o áreas verdes no aumenta la presencia de mosquitos; por el contrario, ayudan a equilibrar el ecosistema.
De igual manera, aclaró que una persona con dengue no puede contagiar directamente a otra: “El contagio solo ocurre si un mosquito pica a una persona infectada y luego a otra”.
Chinches y alacranes en Yucatán
El especialista alertó que en zonas rurales o costeras hay presencia de chinches besuconas, que pueden transmitir la enfermedad de la leishmaniasis, así como alacranes o ciempiés, cuya mordedura puede causar reacciones alérgicas o fuerte dolor.
Ante casos graves, como una infestación de cucarachas, recomendó no improvisar: “Son increíblemente resistentes. Los productos comerciales no siempre son efectivos y muchas veces lo mejor es acudir a profesionales en control de plagas”.
