Los adultos mayores de Yucatán sufren diferentes tipos de violencia: institucional, social comunitaria, familiar, económica, entre otras, advirtió la doctora en Antropología Social Gina Villagómez Valdés, del Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán.
La falta de medicamentos es un tipo de violencia institucional que se ha normalizado en la narrativa gubernamental.
Su inclusión en supermercados violenta su derecho a recibir un sueldo y no solo propinas, expuso la especialista, quien proporcionó información por su trabajo de investigación con adultos mayores en Yucatán.
La investigadora ha publicado siete libros a la fecha, la mayoría con trabajos de varios colegas investigadores del país y de instituciones de otros países.
Al hablar de los tipos de violencia contra adultos mayores en Yucatán, expuso los siguientes conceptos:
La violencia gubernamental es generada por instancias de gobierno que no cumplen con los parámetros de cuidado y atención establecidos en acuerdos y cumbres internacionales a favor de los derechos de la población adulta mayor, así como las disposiciones establecidas en organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Existen varios tipos de violencia gubernamental que aquejan la vida de los mayores. A continuación, las más comunes en Yucatán y en el país.
- La falta de atención médica gratuita acorde con las necesidades de la gente mayor de 60 años.
Insuficientes campañas de prevención de la salud y deficiente atención de primer y segundo nivel limitan el derecho humano a una vida digna.
Es común encontrar personas mayores que refieren no tener acceso a ningún sistema de salud.
Aquellas que sí lo tienen, señalan que las citas para diagnóstico y atención tardan meses, lo que compromete su estado de salud, especialmente si se trata de enfermedades crónico-degenerativas.
Aun si son urgencias, el servicio de instancias de gobierno se encuentra saturado sin que diseñen nuevas estrategias dirigidas a la gente mayor.
Las familias se ven en la necesidad de pagar diagnósticos en clínicas y consultorios particulares, y posteriormente tratan de ser atendidos llevando su propio diagnóstico, incluso los análisis.
La falta de atención oportuna es violencia institucional porque corresponde al Estado brindar el derecho humano a la salud, sobre todo de la población que por falta de empleo y oportunidades no se encuentra inscrita en las instituciones de gobierno como el IMSS, el Isstey, etcétera.
Hace unos meses llevé a una persona mayor a recoger a su hermana a una clínica del IMSS porque se fracturó la cadera y fue operada, contó la investigadora. Al salir, le dieron tres pastillas de paracetamol recortadas con tijera de un blíster.
La falta de medicamentos ha sido acallada por las pensiones proporcionadas al adulto mayor.
La población, en su mayoría, cree que con esas aportaciones el Estado cumple con su responsabilidad y no es así.
- La falta de un sistema de cuidados es otra forma de violencia institucional que afecta el nivel de vida de los senescentes.
Un sistema de cuidados para personas mayores es un conjunto de políticas y acciones que buscan apoyar a quienes lo necesitan.
Estos sistemas pueden incluir servicios médicos, cuidados personales, modificaciones en el hogar y equipo de asistencia, el desarrollo de infraestructura urbana, así como creación de centros de cuidado de día o de estancia permanente en caso de que las personas no cuenten con familia o recursos para asistirse a sí mismas.
Residencias de adultos mayores, caras en Yucatán
Yucatán solo cuenta con residencias particulares para gente mayor. Son más de 50, cobran entre 8 mil y 54 mil pesos mensuales (según un estudio reciente de la doctoranda Dennise Díaz de la Uady).
Muchas de estas residencias funcionan clandestinamente, por lo que no tienen supervisión gubernamental. Tampoco hay casas de retiro del gobierno del Estado para las personas sin recursos. Esta es otra forma de violencia por omisión de responsabilidad.
De igual modo, no existe apoyo para las cuidadoras en sus hogares, en su gran mayoría mujeres que aun siendo mayores de 60 años tienen bajo su cuidado y sin apoyo a sus padres, esposos o hermanos enfermos y dependientes de atención.
Solo en Mérida existe una residencia de cuidado y atención de tiempo completo y es atendida por la Comuna.
- La falta de políticas públicas focalizadas para adultos mayores que viven solos (la mayoría son mujeres), ya que es el grupo poblacional con mayor riesgo.
Es precisa la identificación georreferenciada de la gente más vulnerable que vive sola, a fin de diseñar políticas públicas y acciones afirmativas reales que mejoren su calidad de vida, señaló. (Continuará).



