La presencia de perros y gatos ferales en algunas zonas de la Reserva Ecológica Cuxtal representa un riesgo para la fauna silvestre, advirtió la bióloga Valeria Ostos Gutiérrez, coordinadora de Monitoreo Ambiental en dicha área protegida.
La entrevistada indicó que los perros y los gatos no forman parte del medio natural; son especies domesticadas y criadas como animales de compañía, por lo que cuando llegan a ecosistemas donde habita fauna endémica, compiten directamente con los animales silvestres.
Alertó que la situación se agrava cuando éstos comienzan a cazar especies nativas, puesto que se los comen, los desplazan y eso provoca una disminución de la fauna local; incluso podrían llevar a algunas especies a la extinción.
La bióloga destacó que los gatos, en particular, son excelentes cazadores; pueden extinguir poblaciones de aves o reptiles como las iguanas. Actualmente, los gatos son los principales depredadores introducidos.
La coordinadora informó que en la zona se lleva al cabo un programa permanente de monitoreo de fauna silvestre, el cual incluye aves, reptiles, mamíferos y anfibios.
Como parte de este esfuerzo, se utilizan cámaras trampas resistentes al agua, que se colocan en áreas conservadas de la selva y se dejan durante varias semanas o hasta un mes.
Posteriormente, el equipo técnico regresa para revisar las imágenes captadas.
Gracias a estas cámaras, han logrado registrar la presencia de especies como venados, armadillos, coatíes, así como ejemplares en peligro de extinción, entre ellos osos hormigueros y tigrillos. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención del equipo es la aparición de perros captados por las cámaras en medio del hábitat silvestre.
Valeria Ostos Gutiérrez enfatizó al Diario que ya se tiene evidencia de que los perros ferales están penetrando áreas profundas de la selva, donde atacan a especies endémicas.
A través de las cámaras trampas instaladas en la reserva, se ha logrado documentar, por ejemplo, la persecución de un venado por un can. Además durante los recorridos de vigilancia, el personal ha observado restos de animales consumidos, como serpientes.
La bióloga reiteró que también hay registros de perros alimentándose de fauna silvestre, así como de gatos cazando lagartijas y aves. Aseveró que estos actos provocan un desequilibrio ecológico.
Además del impacto ecológico, la fauna feral representa un problema de salud pública, subrayó.
Explicó que, al no contar con un hogar, perros y gatos ferales defecan en la vía pública, así que es común ver heces de perro en las calles, y cuando se secan, los microorganismos que contienen se dispersan en el ambiente, lo que puede causar enfermedades en los seres humanos.
Asimismo, la especialista señaló que estos animales pueden transmitir enfermedades a la fauna silvestre, especialmente cuando se alimentan en los mismos espacios que las especies endémicas.
Ante este panorama, hizo un llamado a la ciudadanía para asumir la responsabilidad sobre sus mascotas.
Recomendó la esterilización como medida fundamental para evitar el crecimiento de la población feral y pidió, especialmente en el caso de los gatos, mantenerlos dentro del hogar.
