Al no tener respuesta de las autoridades municipal, estatal y federal, los vecinos del fraccionamiento Gran Calzada de Umán advierten que, continuarán con sus manifestaciones de protestas, aunque ya no harán cierres de carreteras o del Periférico, además de proseguir la lucha legal, afirmó ayer Abner Aragón Torres.
“Hay incertidumbre, inseguridad y temor entre los vecinos por la estación de compresión para el bombeo de gas de la empresa Mayakan que se construye en el fraccionamiento, nos han afectado nuestros derechos humanos y exigimos que se nos reparen los daños físicos y se nos dé atención psicológica y jurídica, y seguiremos luchando por eso”, recalcó.
Como informó el Diario, anteanoche viernes 12 alrededor de 30 vecinos encabezados por Aragón Torres cerraron primero la carretera de Mérida a Umán, y luego el Periférico, a la altura de la planta Mérida II de la CFE, en demanda de que las autoridades de los tres niveles de gobierno fueran a dialogar con ellos, pero nadie acudió.
Entrevistado al respecto, el dirigente vecinal manifestó que hasta ayer ninguna de las autoridades los ha contactado, siguen en espera de que alguna lo haga y cumplan los compromisos que les hicieron, entre ellos la reubicación, aunque exigen que para eso les presenten un plan debidamente estructurado y consensuado con ellos.
Hasta que eso suceda, mantendrán sus movimientos de protesta que precisamente están definiendo y los darán a conocer en los próximos días. Sin embargo, descarta que vuelvan a realizar cierres del paso de tránsito de vehículos.
Anticipa que lo más probable es que hagan plantones en edificios públicos de importancia, como el Palacio del gobierno del Estado, o el edificio del Poder Judicial, pero aún no lo deciden.
Señala que, además continuarán con su lucha legal en los tribunales, de la que por de pronto acaban de presentar una ampliación del amparo que han interpuesto, del cual lamenta que hayan perdido la suspensión de la obra que solicitaron, a causa de las reformas a la Ley del Amparo, pero el proceso aún no concluye y esperan tener buenas noticias al final.
“Las reformas a la ley del amparo nos desampararon, con el argumento de que ahora debe prevalecer el cuidar y hacer valer el interés social, sobre cualquier otra cosa, nos negaron la suspensión, pero seguimos en la lucha jurídica”, revela.