CULIACÁN.- El jueves 17 de octubre de 2019 quedará marcado dentro de la memoria colectiva como el día del operativo en el que las fuerzas federales capturaron y liberaron a Ovidio Guzmán López; hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El llamado “Jueves Negro” o “Culiacanazo” dejó daños patrimoniales a los ciudadanos por poco más 945 mil pesos, según informó en la conmemoración del primer aniversario Oscar González Mendívil, titular de la Comisión Estatal de Atención Integral a Víctimas. Ese monto no a la fecha no ha sido reparado.
Estos daños patrimoniales corresponden a vehículos robados o dañados sólo de las víctimas que presentaron denuncias y se hizo con base en los avalúos periciales practicados por personal de la Fiscalía General del Estado y los deducibles establecidos por las compañías de aseguradoras.
¿Qué es el ‘Culiacanazo’?
El titular de la Comisión Estatal de Atención a Víctimas señaló que los impactos de la violencia desplegada ese día por la delincuencia organizada no han sido reconocidos ni estudiados.
Dos años después de la tragedia, aún se observa entre la población la sensación de intranquilidad cuando los rumores o balaceras interrumpen otra vez la vida cotidiana.
El Culiazanazo y AMLO, ¿por qué se liberó a Ovidio?
En este hecho violento, grupos armados se enfrentaron a los militares; en cuyo fuego cruzado estaban empleados y padres de familia que recién salían del trabajo o iban a buscar a sus hijos de la escuela; respectivamente.
Imaginen ustedes a un elemento de la marina partiéndose la madre por horas, dándose de vergazos sin dar paso para atrás, con huevos y que le den la orden de retirarse y liberar al objetivo.
— GABINO BARRERA (@imcarlitoo) October 18, 2019
Ahí se los dejo.#ComandanteSinBolas
El hecho hoy sigue marcando el sexenio de López Obrador, quien ha sido señalado como un aliado del narcotráfico, a pesar de su campaña contra la corrupción. Cabe recordar, que días después de los hechos, el Presidente informó que él había dado la orden de liberar al hijo del “Chapo” Guzmán, con la intención de evitar un derramamiento de sangre innecesario, según dijo.
En aquel entonces, destacó que prefería mantener firme su política de “abrazos, no balazos”, a fin de poder dar tranquilidad a las familias mexicanas. Sin embargo, cabe recordar que la violencia en Culiacán siguió imperando y en esta ciudad aún se vive la intranquilidad de volver a vivir un hecho como el llamado “Culiacanazo”.
