El pasado 30 de septiembre se reveló el hackeo a Sedena que exhibió miles de documentos con información confidencial sobre la defensa nacional, incluyendo los presuntos abusos sexuales y encubrimientos dentro del Ejército mexicano.

Los correos electrónicos de las Fuerzas Armadas, revisados por las periodistas Georgina Zerega y Elena Reina, indican que la Secretaría de la Defensa Nacional tenía conocimiento de varias denuncias de abuso sexual en las que estarían implicados al menos 42 militares.

Dichos abusos sexuales habrían sido cometidos por militare de altos cargos a subalternas e incluso civiles, a veces en grupo. Resaltan casos de presunta tortura y otras violaciones a derechos humanos que se han mantenido en secreto y con medidas mínimas para enfrentarlas.

¿Cuáles son los presuntos delitos revelados por el hackeo a Sedena?

Según la información filtrada en el hackeo a Sedena, militares enviados a zonas rurales son los principales señalados de delitos como abuso sexual y violación en contra de subordinadas, quienes suelen pedir ser transferidas a otros pelotones para evitar represalias de sus superiores ante la falta de respuesta de la Sedena a sus denuncias.

De acuerdo al informe de El País, 308 militares han sido acusados, procesados o sentenciados por violaciones a los derechos humanos, dato revelado en un documento de Sedena fechado 9 de noviembre de 2021.

23 de los cuales fueron señalados por casos de violación calificada o abuso sexual; cinco recibieron sentencia, 10 fueron procesados mientras que el resto de los casos fueron archivados sin más avances, incluso algunos presuntos agresores simplemente fueron transferidos a otro batallón.

Las denuncias van desde el 2009 hasta fechas recientes.

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Los correos electrónicos filtrados también apuntan a bajas del servicio de las militares que denunciaron el abuso y acoso sexual de sus oficiales al mando, así como un modus operandi en común entre los agresores.

Los presuntos agresores usaban su rango para obligar a las víctimas a acudir a lugares aislados y sin testigos donde abusaban de ellas: “Ellas obedecen al teniente o al capitán y son acorraladas”, indican las periodistas.

“De acuerdo a los testimonios de las víctimas, en muchos casos en que acusaron a sus jefes fueron amenazadas con la idea de que nadie les iba a creer o, si se encontraban en destinos aislados o alejados, les recordaban que allí estaban solas y los únicos con poder eran los altos mandos”.

Casos de abuso sexual en el Ejército mexicano

Entre los casos de abuso sexual dentro de las Fuerzas Armadas, el país citó una denuncia de 2021 en la que están implicados tenientes de la Escuela Militar de Oficiales de Sanidad en la Ciudad de México, ingenieros constructores y oficiales de menor grado.

“Este último caso relata cómo tres soldados atacaron a un chico en ese municipio cuando salía de su casa y lo torturaron con un tubo metálico”. La victima habría sido un joven de 19 años de La Paz, Baja California.

En marzo de 2022, un contralmirante de la Secretaría de Marina asignado a Puerto Peñasco, Sonora envió una serie de informes a la Secretaría de Defensa Nacional de las denuncias por abuso sexual y hostigamiento de varios soldados contra mandos medios y altos de la misma Sedena.

Una de las mujeres denunció a un capitán “que intimida y da miedo”, quien en maro de 2021 la mando a llamar a una oficina, donde se le insinuó y la beso a la fuerza, tras lo cual la afectada comenzó a recibir amenazas y amedrentamiento de sus oficiales al mando.

“Tengo miedo de que me hagan daño”, afirmó la militar, quien finalmente decidió solicitar un traslado por miedo a que su queja no trascendiera y así “evitar alguna represalia” por denunciar el acoso.

¿Qué hace Sedena en casos de abuso y acoso sexual?

Pese a que Sedena implementa cursos de protocolos para respetar los derechos humanos y talleres de género “no se ha encontrado en los documentos revisados, y tampoco ha sido anunciada, ninguna política pública contundente para atajar una dinámica enquistada en los cuarteles desde hace décadas”.

En muchos casos, la atención se centra en las y los denunciantes. Un documento de 2018 enviado a la Oficina de Igualdad de Género del Ejército detalla un seguimiento “por conducta” a una sargento trasladada a Chihuahua que denunció acoso sexual por parte de su jefe.

El informe indica que para la “neutralización” se mantiene un “seguimiento a su conducta militar y civil”, y como hasta el momento no ha participado en “conductas contrarias a la disciplina militar”.

Entre las medidas aplicadas por el Ejército para combatir el abuso dentro de la institución es hacer que sus soldados y otros trabajadores firmen una carta donde se comprometen a no acosar ni violar los derechos humanos de nadie.

Desde junio pasado empezó a circular entre las oficinas de Sedena la misiva que deben firman dándose por enterados sobre las actitudes consideradas como acoso sexual así como la promesa de “no cometer actos de esta naturaleza”.