Mensaje para los jóvenes de México
Enrique Krauze, historiador, ensayista e intelectual mexicano Credit: León Krauze / "X"

CIUDAD DE MÉXICO.— La mañana de este jueves, en su cuenta de la red social “X”, antes Twitter, el periodista León Rodrigo Krauze Turrent, publicó un vídeo con un mensaje de su padre, Enrique Krauze Kleinbort, especialmente dirigido a los jóvenes de México.

En su mensaje, el historiador y ensayista mexicano comparte brevemente su experiencia en el movimiento estudiantil del 68, que le permitió valorar la libertad y, al mismo tiempo, comprender el “gigantesco daño que causa el poder absoluto en manos de una sola persona”.

También reflexiona sobre momentos de la historia de México en los que los gobernantes “creían que el país era suyo” y de la llegada del nuevo siglo y milenio, con nuevas instituciones y en el que “gozábamos de una libertad desconocida para mi generación”.

Enrique Krauze también señala que la democracia “es el mejor mecanismo que ha inventado la humanidad para limitar el poder y llamarlo a cuentas”.

El historiador pide reflexionar a los jóvenes sobre la joven democracia mexicana, que “merece llegar al futuro” y cuestiona “pero ¿qué futuro?”.

Acompaña esta reflexión con propuestas como la de un país sin odio, sin mentiras, un país de leyes e instituciones y pregunta a los jóvenes: “¿Es mucho pedir?”.

Finalmente, Enrique Krauze convoca a la juventud mexicana a votar el próximo 2 de junio y hacerlo a conciencia, “No dejen su futuro a la suerte ni lo dejen en otras manos”.

“Voten a conciencia. Voten. Es por México”, concluye el mensaje de Krauze.

A continuación el texto íntegro del mensaje de Enrique Krauze:

“Soy Enrique Krauze. Desde hace medio siglo me he dedicado a escribir sobre la historia de nuestro país. Hoy quiero compartirles un mensaje. Es un mensaje dirigido sobre todo a nuestros jóvenes.

Yo sé muy bien que a los jóvenes no les gusta que les digan lo que deben hacer. Son independientes por naturaleza y eso está muy bien.

Hace mucho años, cuando participé en el movimiento estudiantil del 68 y fui testigo de la matanza del 10 de junio, algunos de mis mayores se opusieron pero yo publiqué mi testimonio por decisión propia y nunca lo lamenté.

Gracias a esa experiencia atesoré el valor de la libertad y comprendí algo que la terrible historia del siglo XX había probado con creces. Me refiero al gigantesco daño que causa el poder absoluto en manos de una sola persona.

Estudiando la historia de México he comprobado que los breves períodos de libertad y democracia que ensayamos en nuestra vida independiente, me refiero a la época de Benito Juárez y a la breve presidencia de Francisco I. Madero, fueron ahogados por la soberbia de los caudillos y la ambición de los presidentes que gobernaban el país como si fueran monarcas, eligiendo a su sucesor. Creían que el país era suyo, pero el país no era suyo, el país era y es de todos.

Para enfrentar esa realida indigna del pueblo mexicano, mi generación, guiada por grandes maestros, luchó para que México transitara a la democracia. Alcanzarla costó muchos años y muchas vidas, pero valió la pena.

Era el año 2000. Un nuevo siglo. Un nuevo milenio.

Por primera vez contábamos con un instituto electoral independiente en el que los ciudadanos y no el gobierno, contaban los votos.

Por primera vez tendríamos un instituto de transparencia al que podríamos acudir para identificar a los funcionarios corruptos.

Por primera vez, la Suprema Corte de Justicia fue autónoma.

Por primera vez gozábamos de una libertad desconocida para mi generación, que hasta para manifestarse en las calles había corrido el riesgo de perder la vida.

Por décadas vivimos sin las libertades que nos merecíamos, sin la democracia que necesitábamos.

No hay que olvidar que nos tomó muchos, muchos años conquistarlas.

Esto no significa que los gobiernos de este siglo hayan sido buenos. Porsupuesto que no lo fueron. Cometieron muchos errores, pero para castigarlos hemos contado con la democracia, que si bien no es gartía de un buen gobierno, es el mejor mecanismo que ha inventado la humanidad para limitar el poder y llamarlo a cuentas.

Por eso, gracias a la democracia, la ciudadanía castigó al PRI, castigó al PAN, castigó de nuevo al PRI y ahora debe emitir su veredicto sobre Morena.

Yo quiero pedirles que reflexionen en esto y pienso sobre todo en aquellos de ustedes que van a votar por primera o segunda vez el 2 de junio.

Nuestra democracia tiene la edad de ustedes. Igual que ustedes, nuestra democracia merece llegar al futuro, pero ¿qué futuro?

No es difícil imaginarlo.

Un país que podamos volver a recorrer sin miedo al crimen, al secuestro, la extorsión, el robo.

Un país en el que vuelva a funcionar el sistema de salud, las campañas de vacunación, el abasto de medicinas, los tratamientos contra el cáncer.

Un país que acabe con la pobreza y reconozca el trabajo honesto.

Un país cuyo gobierno cuide el aire que respiramos y el medio natural que nos rodea.

Un país cuyos libros de texto sirvan al saber científico y humanístico, no al adoctrinamiento.

Un país en el que se respeten las diferencias de opinión.

Un país de leyes.

Un país de instituciones.

Un país sin mentiras.

Un país sin odio.

¿Es mucho pedir?

No, no es mucho pedir.

Pero una cosa es clara: si ese futuro que merecen ustedes ha de llegar, México no debe ser la propiedad de un solo hombre, ni de un solo partido.

Por eso los invito a votar a conciencia el próximo 2 de junio. No dejen su futuro a la suerte ni lo dejen en otras manos.

Su futuro está en el voto, porque el voto es el instrumento primero y fundamental para orientar, vigilar, limitar, sancionar, castigar al poder.

Sin voto no hay democracia.

Sin democracia no hay libertad.

Sin voto, ni libertad, ni democracia no hay México.

He invocado el nombre de México.

México es nuestra casa común.

México es nuestro hogar.

Votar a conciencia es votar por México.

Voten a conciencia. Voten. Es por México”.

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