La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) comenzó 2025 con la remodelación en uno de sus inmuebles junto a la Laguna de Bacalar, en Quintana Roo, el cuerpo de agua dulce más extenso que tiene la región de la Península de Yucatán y una inspección judicial revela nuevos daños en la zona donde se construye una casa de descanso militar.
Hay que recordar que la obra que se construye sobre una superficie de 706.11 metros cuadrados, se inició a principios de este año sin ningún estudio de impacto al ecosistema, pero sí con el permiso de las autoridades ambientales.
Los habitantes de la comunidad se percataron de las obras en la también llamada “Laguna de los 7 colores”, a cargo del Ejército, en enero, cuando vieron la entrada de maquinaria pesada para dragar el suelo junto a la laguna y la colocación de vallas alrededor del terreno.
Sin embargo, tuvieron respuesta de las autoridades hasta marzo, después de las protestas y movilizaciones contra las obras.
Semarnat exentó de estudio de impacto ambiental al Ejército
Ya ante la presión de los vecinos de Bacalar, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) emitió un comunicado el 1 de abril, donde dice que liberan a los militares de reportar daños, con una exención de la presentación de la Manifestación de Impacto Ambiental, pues arguyeron que era solo “para realizar el mantenimiento y sustitución de diferentes componentes al inmueble”.
Meses después, se enteraron de que la Sedena ocuparía el inmueble remodelado como un lugar de descanso para personal con estrés postraumático de quienes participan en operaciones contra el narcotráfico, porque supuestamente contará con servicios para la recuperación física y mental de militares.
No obstante, sus características apuntan a que la edificación se trata de viviendas para altos mandos militares de la región.
Pero la construcción de la casa de descanso militar ya dejó daños visibles al medioambiente y a los derechos de la niñez, según lo observado en una inspección judicial que se realizó el pasado 30 de octubre, de acuerdo con un reporte de Proceso.
Esta supervisión judicial forma parte de las diligencias del amparo 313/2025, que interpusieron 12 mamás y dos papás de Bacalar en representación de 23 menores con apoyo del Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP).
Estos nuevos daños dejan los militares en Bacalar, según una inspección judicial
De acuerdo con el documento que cita el medio:
- La inspección judicial constató la construcción de una alberca a cinco metros de distancia del cuerpo de agua y su nivel, lo que significa que se hicieron excavaciones en la zona.
- Otros de los daños que dieron constancia del cambio de uso de suelo que fueron detectadas en esta inspección es que, a 30 metros de distancia del cuerpo de agua, hay cimientos listos para levantar estructuras.
- Además, la superficie del inmueble fue rellenada metro y medio de altura con material pétreo.
Aunque se supone que el Ejército no intervino dentro del agua de la Laguna de Bacalar, Proceso indica que se halló un tubo de PVC en el cuerpo de agua, que aparentemente fue usado para descargas.
Aunque éste no tenía flujo hídrico, sin embargo, los lirios a su alrededor delataron que había presencia de materia orgánica.
Además, hallaron un árbol derribado, que según la Sedena se cayó por los fuertes vientos. Hasta el día de hoy, la obra mantiene la suspensión provisional como medida cautelar, por lo que está paralizada.
Otros daños al ambiente de la Sedena
También hay que recordar que en abril de 2024 pobladores denunciaron que militares extraían agua de manera ilegal en el Estero de Chac para realizar obras del Tren Maya.
Previamente, en 2023, también para realizar el megaproyecto, Sedena dañó el ecosistema rellenando el humedal Estero de Chac.
Afectaciones más alla de lo evidente
El abogado Daud Rincón, de la Defensoría Pública Federal, quien acudió a la supervisión de la obra, dijo en entrevista que no se trata de rellenar como si fuera cualquier cosa, ya que se requiere un estudio.
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“El daño es básicamente el relleno de la zona que es notorio, básicamente están subiendo del nivel de la laguna hacia arriba como metro y medio”.
Y explicó que “para ello se tiene que realizar una intervención del suelo y sabemos que en la Península tienen suelo cárstico y si se realiza un cambio de uso de suelo se requieren evaluaciones del impacto ambiental, no es sólo rellenar así como así”.
Pero los daños al ecosistema de Bacalar, explicó Daud, no sólo se limitan a lo visible, ya que se afectó la capacidad de absorción del suelo y el ecosistema de los estromatolitos, piedras en las que aún existen las primeras formas de vida en esta región.
“La Laguna de Bacalar es un ecosistema único que tiene formaciones como estromatolitos y al hacer una obra de esas características sin evaluar el impacto ambiental o respecto al ecosistema de Bacalar, es una irregularidad que no tiene perdón, porque al final se permite a la Sedena construir a sus anchas”, expuso.
“El problema es que el daño ambiental (en su totalidad) no está identificado, porque la obra fue sujeta indebidamente a una exención por la Semarnat, pese a que hay elementos para afirmar que por sus características y ubicación de la obra debe ser evaluada”, remarca el abogado.
Los amparos a una obra que no hizo estudio de impacto ambiental
Habitantes de Bacalar y organizaciones pusieron dos amparos y el tercero fue para proteger los derechos socioculturales y a un medioambiente sano de la niñez.
El 12 de mayo el Juzgado Primero de Distrito en el estado de Quintana Roo concedió una suspensión provisional, que al principio ignoró la Sedena.
De acuerdo con la exención de la manifestación de impacto ambiental (MIA), la casa de descanso tendría bar, jacuzzi, alberca, estacionamiento y área de juegos.
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¿Quiénes participaron en la inspección judicial a casa de descanso militar en Bacalar?
- A la diligencia efectuada el jueves 30 acudió personal de la Sedena,
- de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, (Semarnat),
- de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)
- y de los gobiernos estatal y municipal de Quintana Roo.
En el espacio observaron maquinaria pesada, como retroexcavadoras y aplanadoras.
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Más presencia militar
Padres de familia se han sumado a interponer el amparo para proteger los derechos socioculturales y medioambientales de sus hijos.
Ya que dicen que crecieron en Bacalar y antes podían entrar a nadar desde cualquier parte a la laguna. Pero ahora solo tienen dos accesos para el pueblo.
Por eso luchan por sus derechos, pero también los de la naturaleza: de la Laguna de Bacalar.
Los bacalarenses se unen para recuperar espacios que las Fuerzas Armadas les arrebatan con la ocupación de sus territorios, en este caso, con el argumento de que les sirve para descansar.