BACALAR.- Las obras para edificar una “casa de descanso” destinada a personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en la orilla de la Laguna de Bacalar, fueron retomadas luego de que se anularan las suspensiones que mantenían detenido el proyecto.
La decisión judicial reactivó de inmediato el trabajo en el sitio, aunque continúa la controversia social y ambiental en torno al impacto ecológico.
Suspensión anulada por falta de “interés legítimo”
En noviembre de 2025, el Primer Tribunal Colegiado del Vigésimo Séptimo Circuito revocó la suspensión definitiva del proyecto.
La sentencia, con votación dividida 2-1, determinó que la organización ambiental que impulsó el amparo no demostró “interés legítimo” suficiente para impedir la obra.
Después del fallo, Sedena confirmó que contaba con permisos en materia ambiental y que reiniciaría actividades.
Conflicto ambiental en obra en Bacalar
Habitantes de Bacalar, colectivos ecologistas y asociaciones como Defendiendo el Derecho a Vivir en un Ambiente Sano A.C. y Proyecto Justicia Común argumentaron desde el inicio que el proyecto se desarrollaba sin consulta pública ni una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
Además, advirtieron afectaciones al equilibrio ecológico de la laguna, uno de los principales atractivos naturales de Quintana Roo.
Durante los primeros meses del año se llevaron a cabo protestas, clausuras simbólicas y denuncias ante Profepa, lo que derivó en una suspensión federal en junio para evitar daños irreversibles.
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Tras el reinicio de las obras, los grupos ambientalistas señalaron que la decisión judicial deja en vulnerabilidad a la laguna y, con ello, al sector turístico de la región.
Defensores del medio ambiente insisten en que el proyecto debe someterse a mayor vigilancia, debido a que, aunque la Sedena sostiene que cumple con los requisitos, persisten dudas sobre su impacto en la biodiversidad.
Tensión entre conservación y obra militar
Pese a la reanudación, el proceso legal continúa abierto. Las organizaciones anunciaron que presentarán nuevos recursos para proteger la laguna, ya que consideran que la defensa del medio ambiente es un derecho colectivo que debe ser priorizado.
Por ahora, Bacalar permanece en el centro de un debate que cruza intereses militares, exigencias ambientales y el resguardo de un patrimonio natural considerado emblemático para el sur de México.
