¿Cuándo llegan las ánimas y cuándo se van? ¿Qué significa el altar de Hanal Pixán?

En la Península de Yucatán la manera de recibir a los difuntos en Día de Muertos es distinta a los del resto del país. En realidad, la concepción de la muerte es más compleja de la que se entiende en Occidente y es por esta percepción que los preparativos para el Hanal Pixán son tan particulares.

¿Cómo es entendida la muerte en la cultura maya? ¿Cuál es el camino que siguen las almas al descender al mundo terrenal? ¿Cuáles eran las maneras adecuadas de recibirlas? ¿Cómo han cambiado con el tiempo estas prácticas ancestrales? Esas son algunas de las preguntas que responde en entrevista el doctor Oliver Le Guen, profesor investigador titular en el Posgrado en Lingüística Indoamericana del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) en la CDMX.

¿Qué significa pixán?

Para los mayas yucatecos, el fallecimiento de una persona no ocurre con el fin de las funciones fisiológicas. Es el alma de la persona, pixán en maya,  la que determinará el estado corporal del individuo.

La raíz kim, en maya yucateco, significa muerte o muerto, pero también hace referencia a la pérdida de conciencia. Se cree que durante el sueño, el alma se aleja del cuerpo y transitan en estados como el kimil wéenel, que significa dormir profundamente o también el estado de kim-en/ kim-il que de igual manera se utiliza para referirse a la muerte pero que también denota el estado de desmayo. Ambos estados son considerados muy peligrosos por los mayas pues el alma, al no encontrarse en el cuerpo, puede viajar a muchos lugares, inclusive al “paraíso” y quedarse ahí para siempre.

El fallecimiento o ukíimil máak ocurre con el fin de las funciones vitales pero no es sino hasta los tres días del fallecimiento, tras el velorio y demás rituales, que consideran verdaderamente muerto al individuo. Sin embargo, el pixán piensa que continúa entre los vivos y es al escuchar su nombre durante el ritual que se realiza en su honor (hasta el tercer día) que se entera de su nuevo estado inmaterial.

¿Por qué es importante llamar a los muertos por su nombre?

Dentro de esta concepción de la muerte, el pixán “es muy distinto a lo que nosotros concebimos como alma”. Esta conserva un poco de la personalidad y memoria de la persona cuando estaba viva, pero deja atrás parte de su consciencia.

Se cree que cuando los pixan- o’ob  (almas) regresan a la tierra, miran el mundo de los vivos como si fuera un sueño y tienen dificultades de reconocer a los vivos que no son familiares y también a los familiares en contextos no-rituales.

El pixán encontrará el camino a casa a través del k’a’ahsik, con el cual culmina la acción de recordar al difunto. Su traducción es recordarse o rememorar, lo cual supone una acción peligrosa que debe de realizarse en un espacio y ritual controlado. Al respecto, Oliver comparte que esta palabra describe un proceso muy amplio de recordar a los ancestros, subrayando el hecho de nombrarlos: “Acordarse de ellos no solo significa pensarlos, sino hacer algo por ellos. Es algo más fuerte que tiene que ver con la performatividad de la palabra y del pensamiento. Es decir, hacer cosas con la palabra, hacer cosas con el pensamiento y hacer esta acción de rememorar es también implicarse en hacer y cumplir el ritual para los muertos.“

Hanal Pixán: así se vive el Día de Muertos en la cultura maya

Los  rituales en torno a la muerte existían antes de la llegada de los españoles. “El culto a los ancestros, la legitimidad y respeto a su linaje estaba muy anclado la cultura maya”, dice el investigador. Sin embargo,  “su llegada orientó la forma del culto y probablemente las fechas, ya que coincide con las fechas de Halloween y tradiciones célticas”.

Algunos investigadores del tema sugieren que el culto a los ancestros entre los mayas yucatecos pudo haber sido esencial durante la época prehispánica y colonial por la herencia de propiedades o títulos.

El experto en Estudios de Lenguaje y Procesos Socio-Culturales Interétnicos, especializado en mayas yucatecos, señaló que el Hanal Pixan no se trata simplemente de un culto a los muertos, sino de un culto a los ancestros. Esta diferenciación se basa en que el primero consiste en recordar al difunto, mientras que el segundo implica hacer un sacrificio con un fin. “No se mata a nadie pero se le prepara y da comida, se hace un esfuerzo particular de tiempo, dedicación, llamar a un rezador. Eso significa que a cambio de ese sacrificio esperemos cierto beneficio. En ese sentido va más allá de simplemente ir a dejar unas flores o saber que tenemos ancestros.  También hay un peligro, si no llevamos a cabo esos rituales, los muertos se pueden enojar.

¿Qué es el Hanal Pixán?

Los mayas creen que las almas de los muertos regresan a la tierra a fines del mes de octubre para recibir ofrendas dedicadas por sus familiares. Las ceremonias del Hanal Pixan, cuya traducción es comida de las almas, se desarrolla en dos partes. Primero son recibidas las almas de los niños durante la noche del 31 de octubre y el primero de noviembre las de los adultos.

El periodo del descenso de las almas al mundo terrenal varía dependiendo la región. En Yucatán se considera que las almas de los muertos se quedan en la tierra una semana, el siete de noviembre se despiden las almas de los niños y el ocho las de los adultos, mientras que en Quintana Roo se celebra la despedida de todas las almas el 24 de diciembre.

Los mayas consideran que tienen un deber y responsabilidad respecto a sus ancestros, lo que implica su cuidado para evitar recibir castigos, tales como enfermedades que puedan afectar a la familia, explicó Le Guen.

La muerte en la cultura maya

Hanal Pixán no es el único ritual de la cultura maya en torno a la muerte. También está el  kaabo de aanyo. Este se realiza cada aniversario luctuoso del difunto, en donde se realizan una serie de oraciones individuales, dirigidas a una persona particular.

“Es básicamente lo que se da en Hanal Pixan pero dedicado a una persona. Esas diferencias se van anotar más en el rezo del rezador. Aunque en cada caso, tanto Hanal Pixán como kaabo de annyo, está individualizado y se busca regalar un alimento que le gustaba al pixán cuando estaba vivo.

El investigador considera en el primer año de la muerte del individuo, éste pasa por un proceso de ancestralización. “Este primer ritual, que en realidad se compone de varios rituales, implica que el muerto se transforma de cierta forma en un ancestro. En los rituales siguientes ya tiene el status de un ancestro que va a regresar a su familia. Esa idea de anclarse en un linaje es fundamental, en el sentido de que los muertos que ya no tienen familiares están olvidados o están dentro de una entidad más grande que son todos los pixanes. Esta concepción es muy común en Mesoamérica, incluso en la película de Coco hay algo así. Eso de rememorar hace que la persona se ancle en un linaje entre los vivos y los muertos”.- Daniela Carrillo Bracamonte, estudiante de Comunicación Social de la Uady

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