Como cada año, el Servicio Meteorológico Nacional a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a finales de septiembre da a conocer el pronóstico de la temporada de frentes fríos para México.
En este 2022, el miércoles 21 de septiembre se inauguró de manera formal el período en el que los expertos de la dependencia prevén 51 sistemas frontales que se presentarían en el territorio mexicano a partir de la última semana de septiembre a mayo, ahora de 2023.
Y aunque se leen y escuchan en los diferentes medios de información la afectación de un frente frío, quizá no todos conozcan qué es ese fenómeno natural, dónde se origina, cuál es la trayectoria que siguen y finalmente cómo afectan y cuáles son sus principales consecuencias.
Sin embargo, en el caso de la península de Yucatán, debido a la condiciones de su ubicación geográfica en una zona tropical, rodeada del Golfo de México y el Mar Caribe, no todos los sistemas frontales llegan de manera directa a la región.
¿Qué es un frente frío?
La Conagua define a un frente frío o un sistema frontal como el límite entre dos masas de aire con diferente temperatura y/o contenido de vapor de agua.
O en otras palabras, un fenómeno natural que se forma cuando una masa de aire frío y seco choca con otra de aire caliente, que al ser más denso, el aire frío se mete como una cuña debajo del aire caliente, lo que genera movimiento y provoca inestabilidad en la atmósfera de esa zona.
El frente frío, añaden, es la parte delantera de una masa de aire polar que impulsa al fenómeno meteorológico, y a su vez ocasiona un descenso en la temperatura en sectores o áreas donde se desplaza.
¿Dónde se originan o generan los frentes fríos?
La mayoría de los frentes fríos que afectan a México, se originan cerca del polo norte en ocasiones en Alaska, y después de atravesar Canadá y Estados Unidos, cruzan el territorio nacional, de noroeste a sureste, y según la época del año y su localización geográfica pueden prolongarse de tres a siete días, cita la Conagua.
La temporada de frentes fríos en la nación, como se anticipó, transcurre de septiembre a mayo de cada año, aunque en el país su frecuencia es muy variable, lo mismo que su duración, pero en promedio se registran alrededor de 58 anuales, la mayoría dentro de la temporada invernal que se inicia el 21 de septiembre
En el fase de noviembre al 20 de marzo, cuando concluye el invierno, los frentes fríos cruzan la República en el Istmo y reciben el nombre de “tehuantepecos”, vientos fuertes que ocasionan anomalías térmicas en el Golfo de Tehuantepec. Cuando las masas polares atraviesan el Golfo de México dan origen a los eventos conocidos como “nortes”.
¿Cuáles son los principales efectos de los frentes fríos?
Con el arribo de los sistemas frontales, la masa de aire frío que los impulsa provoca casi siempre un descenso en las temperaturas máximas y mínimas en las regiones por donde atraviesa el fenómeno.
Entre los principales efectos o consecuencias que arrastran, después de anunciar su llegada con un evento de “norte”, es decir con vientos superiores a los 60 kilómetros por hora y lluvias, a veces van acompañados de tormentas eléctricas de variada potencia.
También hay una disminución sensible en los valores máximos y mínimos de las temperaturas, heladas, fuerte oleaje en las entidades con litorales o costas, y abundante nubosidad y precipitaciones que dejan un ambiente que va de fresco a muy frío de acuerdo con cada región del país.
Luego del paso del frente frío, lo más probable es que se registren lluvias, la humedad y temperatura disminuyen y el viento sopla con más fuerza de norte a sur, y el cielo comienza a despejarse, lo que indica que se instala la masa de aire gélido y seco, lo que causa lo que los yucatecos llaman “heladez” o temperaturas menos a los 20 grados.
Frentes fríos que llegan a la Península reciben nombres mayas
Para otorgarles un carácter más regional, a partir de la temporada 2018 Juan Antonio Palma Solís, creador del sitio especializado Meteorología Yucatán, decide bautizar con vocablos mayas a los sistemas frontales que afectan de manera concreta y directa a alguna de las tres entidades de la Península.
En consecuencia, el meteorólogo operativo relata que a partir de hace un lustro recurrieron a apelativos con nombres de animales, árboles, plantas y apellidos en lengua maya que resultaron del agrado de los usuarios del portal.
En años anteriores, Palma Solís empleó patronímicos o apellidos autóctonos para identificar a los frentes fríos que afectaron la zona peninsular, que para recibir nombre en el idioma maya deben cumplir dos de tres características: que los habitantes perciban el frío, que haya evento de “norte” y que se presenten lluvias de diversas intensidad.


