TIZIMÍN.— Las malas prácticas del mismo ser humano en el uso de agrotóxicos han ocasionado que hoy resulten intoxicados con glifosato no solo infantes, sino incluso el mismo manto freático.
Aunque en Cabichén y en la comisaría de Dzonot Carretero las investigaciones realizadas confirmaron las sospechas de la presencia de glifosato, todo parece indicar que habría más comunidades en la misma situación.
El interés de los padres de familia de un jardín de niños en Cabichén, donde hubo un menor de edad que dio positivo en una muestra de orina, es evidencia de que habría más habitantes con el mismo químico en la sangre tal y como se lo hicieron saber por los integrantes de la Asociación Civil Agua y Conciencia, ya que solo se tomó muestra en niños y no en adultos.
Mal manejo del químico
De hecho hubo madres y padres de familia que estuvieron en la reunión de ayer, las cuales reconocieron que hay un mal manejo en los envases de estos agrotóxicos, pues en ocasiones llevan herramientas de trabajo a casa y pudieran estar infectadas. Incluso un papá dijo que el químico se impregna en la ropa y con esa misma prenda convive con su familia.
Lo que llama la atención, es que la Asociación Civil que participó en las investigaciones eligió solo dos comisarias, pues son las que están más pegadas a dos grandes empresas que desde hace varios años se instalaron y que se dedican a cultivos extensivos de maíz, soya y sorgo transgénicos, y sus trabajadores son personas de comunidades aledañas.
Aunque el plan de trabajo apenas inicia para el grupo de papás y para la Asociación Civil Agua y conciencia, el tema preocupa a los involucrados en el proyecto ya que los resultados también arrojaron positivo en el manto freático.
Contaminación regional
Gamaliel Canto Dzul, quien representa a la Asociación Civil, precisa que de las 19 muestras que se extrajeron en cenotes, pozos profundos y artesanales así como en la red pública, 14 salieron positivo con presencia de glifosato o que tuvo en su momento el químico.
Reconoció que es un tema de contaminación regional y esas empresas que tienen cultivos extensivos de transgénicos suelen emplear paquetes tecnológicos para el tratamiento del maíz o soya además que el control de hierbas y maleza es precisamente el glifosato.
Dijo que la contaminación al agua con el agrotóxico era “bola cantada” desde 2015, cuando comenzaron las conferencias y pláticas con investigadores y expertos que se trajeron en su momento, tales como Jaime Rendón y Ángel Polanco, reconocidos a nivel nacional e internacional.
Hoy que se conocen los resultados de sus sospechas no les queda más que tomar acciones y al menos con los padres de familia de las comisarías involucradas comenzar a idear el plan de trabajo y buscar soluciones.
Añadió que ante la falta de recursos, comenzarán a gestionar con autoridades, sectores salud y privado para realizar los perfiles hepáticos y renales en los infantes y en toda la población para saber si hay algún daño colateral.
Pero además buscar la manera de ampliar los estudios en todas las comisarías que están en esa línea de las grandes empresas de transgénicos.
“No se trata de una cacería de brujas, sino es poner en una balanza el bienestar económico que las empresas traen y el costo que tiene ambientalmente hablando producir ese maíz y esa soya en esa región, porque de por si nuestros pisos son muy permeables y todo nuestro entorno está sobre un manto freático que abarca zonas costeras”, expresó.— WENDY UCÁN CHAN