RÍO LAGARTOS.— En los puertos del oriente ya comienza a resentirse la mala racha ante la disminución de turistas, lo que afecta la derrama económica y los ingresos de los prestadores de servicios.
Tanto en Río Lagartos, Las Coloradas como en El Cuyo apenas se registra entre un 20 y un 30 por ciento de afluencia turística, fenómeno que comenzó a percibirse en agosto y se acentuó en septiembre.
El restaurantero Heysler Pacheco Alcocer explica que en julio y agosto comenzó a sentirse la baja en la llegada de visitantes y en septiembre “estuvo para llorar”, pues el turismo fue mínimo y los pocos que llegaron se repartieron entre los establecimientos del puerto.
Algunos corren con suerte y logran mantener las ventas, pero no se cubren los gastos de personal, el pago de servicios ni el sostenimiento del negocio, señala.
Todo indica que octubre seguirá sin afluencia turística, añade.
Su única esperanza son las actividades por la temporada de Fieles Difuntos, ya que mientras en otras comunidades se realizan altares, en el puerto la tradición es el paseo de las ánimas en lanchas, previsto para finales de octubre.
De hecho, dice que en noviembre se espera que la situación mejore, pues suele registrarse la llegada de turistas europeos que visitan la costa de Yucatán durante la temporada invernal.
Festival del Pulpo en Río Lagartos
Otro evento que mantiene viva la esperanza de un repunte turístico es el Festival del Pulpo, que se llevará al cabo en Río Lagartos los días 21 y 22 de noviembre.
Esto representa un respiro económico para restauranteros, hoteleros y guías de turistas.
El guía turístico Armando Alejo Soberanis, de Las Coloradas, afirma que la situación está crítica desde hace dos meses.
Apenas se registra un 20 por ciento de afluencia; la presencia de visitantes ha sido escasa y el poco turismo que llega pasa de largo, sin solicitar los paquetes para recorrer las charcas rosas.
Según explica, no solo se trata de una temporada baja, sino también del incremento en las tarifas para ingresar al parador turístico, que cambiaron desde enero. Ahora, cada atractivo tiene un precio diferenciado para adultos y niños, lo que ha empeorado la situación, pues antes había un precio general.
La gente toma las fotos desde lejos y se va. Los pocos que logran entrar lo hacen porque será una experiencia única en su vida, ya que los paquetes son extremadamente caros, lamenta.
En El Cuyo, solo por la feria realizada hace dos semanas hubo un aumento en la afluencia turística, aunque local. Según los prestadores de servicios, no se alcanzó ni el 50 por ciento de visitantes en comparación con las vacaciones de verano.
