(Primera Columna publicada el 19 de marzo de 2009)

Al concluir la precampaña de candidatos y precandidatos entró en vigor un silencio obligatorio hasta el día de la Santa Cruz, cuando, ya iniciado mayo, se reanudará la campaña. En el mientras y el entre tanto funciona un campo de batalla que César Pompeyo ha llamado la “intercampaña” en un análisis publicado ya por la columna.

Un análisis sobre diversos, curiosos frentes de lucha en que intervienen terapeutas espirituales, doctores de la ley, asaltantes del pueblo, francotiradores de la administración pública, terroristas y otros gatilleros de facciones políticas.

El segundo reporte del señor Pompeyo sobre la intercampaña incluye varios puntos, a saber:

1. Se han cumplido 20 días desde que el alcalde meridano (27 de febrero) invitó a los regi- dores de la oposición y sus acólitos a colaborar en la investigación judicial de los negocios atribuidos a la pirámide de una ex funcionaria de la Comuna. Que se sepa, los concejales del PRI y sus compañeros de viaje no han aportado hasta hoy ningún dato al ministerio público. Ningún indicio formal que encienda la luz a los agentes judiciales. Pocas nueces, pero, eso sí, mucho ruido. El ruido de las balas de salva. Ningún tiro de verdad.

2. Está circulando un panfleto anónimo. Se llama así, panfleto, al papel o folleto de propaganda política generalmente agresiva o difamatoria. El panfletismo es una de las ramificaciones del terrorismo. Terrorista es el que se esconde para disparar. No da la cara. No la da por cobardía. O porque no le conviene que se sepa quién es porque su fin es “non sancto”.

3. Hay disgusto entre los meridanos. Disgusto contra el Congreso. Específicamente contra su Contaduría Mayor de Hacienda. Una irritación creciente contra su peregrina solicitud de que el Ayuntamiento de Mérida le proporcione 4.800,000 copias de documentos. En parques, mercados, cafeterías y otros puntos de reunión la gente se pregunta en qué se basa el presidente de la Contaduría, René Márquez Arcila, para exigir que nosotros, los meridanos, paguemos esa parranda de papel. Si tanto les gustan ¿por qué no las pagan él y sus empujadores? El que quiere azul celeste, que le cueste. El alcalde ya les dijo varias veces que pueden ver todo gratis.

4. La gente no ve con buenos ojos que el alcalde meridano la despoje de los derechos que paga con el predial y otras contribuciones. Se pregunta en qué norma, regla u ordenamiento se basa César Bojórquez para distraer al 70 por ciento del personal del Ayuntamiento. Distraerlo, impedir que se ocupen en atender las necesidades y otros asuntos de la ciudad y sus habitantes. El presidente municipal está descuidando esos deberes al dedicar ese 70 por ciento (hoy puede ser el 80) a los cuatro millones de copias y otros antojitos regionales de la Contaduría, don René y sus traductores de la ley. ¡Doctores de la ley! Con razón Jesucristo les dedica los siete ayes en la mayor de sus denuncias (Evangelio de san Mateo. Capítulo 23: versículos 13 al 36). “¡Ay de ustedes…!

5. En versiones que circularon ayer, el procurador nos ofrece que la preinvestigación de la pirámide puede durar más de un mes y prolongarse, por ende, hasta bien entradas las elecciones. Ha trascendido que en la preinvestigación se recaban datos como qué ropa vestían los empleados de la Comuna que desde la Navidad cruzaron palabra con Cecilia. O si fueron invitados a la primera comunión de su sobrina.

6. La homilía del domingo en la primera piedra de la iglesia del fraccionamiento Francisco de Montejo. No se trata del discurso del padre Miguel. Tampoco de las palabras de don Emilio, que estaba allá con el alcalde meridano y otros embajadores del mundo político. El sermón que levantará ampolla es el que pronunció la gobernadora. Clavando los ojos en César, o viéndolo de reojo, o esquivándole la mirada —los testigos no se ponen de acuerdo—, Ivonne invocó piadosos conceptos sobre los valores que deben adornar a los meridanos (Diario de Yucatán, 18 de marzo. Sección Local, página 6):

“Quien no es honesto, ni se conduce con verdad y amor por los demás, sin sembrar divisiones o conflictos, no merece pasar a la historia.

“La única forma de trascender en la historia o la vida espiritual es dejando un legado claro y fir- me de nuestro paso por la vida.

“Por eso los valores que desde esta iglesia deben irradiar a toda Mérida son los valores que se están perdiendo”.

Hay división de opiniones en los comentarios sobre esta terapia moral administrada por la señora Ortega Pacheco. Unos creen que con el pase a la historia se refirió al maquinado obituario del gobierno municipal del señor Bojórquez. Otros aseguran que al hablar del legado claro y firme la señora estaba pensando en el PRI. Hay terceros que en eso de “están perdiendo” ven una alusión a precandidatos ampollados.

Mientras oían a la gobernadora, unos catequistas presentes evocaron ciertos consejos de Jesucristo entre sus siete ayes: “Así que todo lo que os digan hacedlo y guardadlo, pero no hagáis según sus obras, porque ellos dicen y no hacen”. Otros recordaron aquel comentario del versículo 24: “¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello”. O lo que es lo mismo: ver la paja en el ojo ajeno, pero no la tranca en el propio.

7. Curiosamente, por coincidencia o por carambola, la Arquidiócesis de México emitía el mismo domingo que el sermón de Ivonne su excitativa electoral a los mexicanos para que no voten por un partido político “que ya se frota las manos para regresar al poder en fechas próximas” en el país. Una advertencia que blancos, rojos y negros han ligado con el PRI y los nexos con el narcotráfico, la corrupción y los escamoteos a la ley que la Arquidiócesis le atribuye a ese partido (Diario de Yucatán, 18 de marzo. Sección Nacional-Internacional, página 9).

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