El fallecido Borja Domecq Solís

Borja Domecq fallece en España por el coronavirus

De la cornada de un virus traicionero que complicó una neumonía contra la que estuvo luchando en los últimos días, falleció Borja Domecq Solís, ganadero de estirpe, y el campo bravo español, el toreo todo, le llora.

Decir Borja Domecq es decir Jandilla, la ganadería con el hierro de la estrella, de la que tomó las riendas en 1987 y que desde 2016 y tras unos problemas de salud, llevaba su hijo, del mismo nombre. Así mismo, en 2012 creó el hierro de Vegahermosa.

Nieto de Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, hijo de Juan Pedro Domecq y Díez, hermano de Fernando y Juan Pedro Domecq, todos ellos nombre señeros en la cabaña brava española, Borja Domecq mantuvo el hierro familiar y consiguió lo que muy pocos han podido: hacer que la de Jandilla fuera ganadería predilecta de muchas de las figuras del toreo de estas últimas décadas y, también, de los aficionados.

Unos, los profesionales, porque sus toros, rematados, armónicos, serios, tenían embestidas profundas.

Todo ello, ahora con su hijo al frente, se mantiene. Uno de los últimos ejemplos sería el toro “Horroroso”, lidiado en la Feria de Fallas de 2019 por Sebastián Castella para el que se pidió el indulto, después de que el tercio de varas se viviera con la emoción que provoca la bravura desatada y que en la muleta embistió con bravura y nobleza.

Otras ganaderías, con otros propietarios, se hicieron a partir de esa sangre brava que distingue a Jandilla. Así, Fuente Ymbro, uno de los hierros que más toros lidian durante la temporada, o El Parralejo y Daniel Ruiz.

La sociedad vive tiempos de zozobra y la vida, de todos, parece más en jaque que casi nunca. En las dehesas, los toros bravos siguen su rutina placentera cuidados con la dedicación plena de los ganaderos. Borja Domecq fue uno de ellos.— Francisco March (La Vanguardia)

 

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