Foto: Megamedia

Atlanta se pone 2-1 adelante enla Serie Mundial

La mejor versión del pitcheo de los Bravos de Atlanta, acariciando la gloria, puso fin a la peor racha para un equipo en Serie Mundial.

Llevando el sin hit hasta la octava entrada, los lanzadores de los Bravos ataron en solamente dos incogibles a una artillería tan poderosa, que su victoria, 2-0 sobre los Astros de Houston, volvió a mostrar que los grandes juegos se ganan siempre que haya buen pitcheo.

Atlanta, rompiendo su racha de cinco derrotas en partidos de Serie Mundial, se puso adelante 2-1 en esta batalla que marcó el retorno del golpe de tomahawk al máximo escenario, en una época en que ya quieren prohibirlo.

En un Clásico que, a vista de los expertos ha carecido de emociones, el pitcheo del abridor Ian Anderson, quien se fue tras cinco actos, y cuatro relevistas puso a los más románticos entre sensaciones de juegos que ya no se ven normalmente en una época en que todo es batazos grandes y las estrategias quedaron en las maletas del béisbol antiguo.

Todo son batazos grandes. Eso es lo que buscan. Tres veces abrieron los Astros entradas con hombre en base y las tres veces se quedaron sin anotar. Desde la primera, cuando José Altuve recibió base, hasta la novena.

Atlanta, honrando al más grande jonronero antes de la era de los esteroides (Billye Aaron, viuda de Hank, lanzó la primera bola), hizo una carrera en la tercera, con doble remolcador de Austin Riley. De allí, fue hasta en la octava cuando con jonrón de Travis D’Arnaud, volvieron a hacer daño.

En todo el resto, fue una joya lo que labraron los lanzadores de los dos equipos. Los serpentineros bravos hicieron vibrar con la forma en que dominaban a la peligrosa fila de bateadores astros. Todo eso, pensando en una gema sin hit ni carrera. Anderson lanzó cinco actos y es el primer serpentinero que deja la loma ganando sin admitir ni hit ni carrera.

En la octava, Aledmys Díaz, de emergente, sacó un “texas” al que casi le llegan el torpedero y el patrullero izquierdo, picando entre ambos, poniendo fin al intento de doble cero. El jardinero Eddie Rosario se vio con más posibilidades reales de alcanzar, pero no se arriesgó a dar un paso más.

Pero otra vez los Astros tuvieron bateo libre y Tyle Matzek pudo sacar la entrada en blanco. Lo mismo la novena: Alex Bregman abrió con sencillo, pero no pasó de primera. Los puristas del béisbol pedían un toque de bola para poner más cerca del plato la carrera, pero…

Atlanta llevaba cinco reveses seguidos en Serie Mundial. La ciudad que ha sido la más perdedora en la historia reciente del deporte profesional en Estados Unidos, entre frío y llovizna, sonrió en el retorno a estas épocas tras la retahila de fracasos.

Faltan dos victorias, pero es menos. Y se sienten más las emociones positivas entre tantos momentos negativos.— Gaspar Silveira

 

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