MONTERREY, Nuevo León.— Un alucine total ver entre cientos de personajes ilustres a los mejores peloteros yucatecos de la historia, mirando sus nichos en el Salón de la Fama del Béisbol Mexicano en Monterrey.
Más cuando estás en la Sultana del Norte con la expectativa, e ilusión también, de ver ganar a los Leones de Yucatán el quinto Campeonato de su historia en la Liga Mexicana.
Julio Molina, “Burbuja” Vázquez, William Berzunza, Juan José Pacho, además de los periodistas Jorge Blanco y Jorge Menéndez.
Qué orgullo escuchar decir “mira… Es Juan José Pacho”. O a otros que te identifican como yucateco señalar “hay varios paisanos tuyos aquí, está Berzunza”. Sí, de verdad que es orgullo.
Placas de inmortales con Ray Torres y Mercedes Esquer, con la icónica gorra de la L y la Y.

Ha merecido la pena ver el recuerdo del Juego Perfecto del gran Óscar Rivera, con una foto de nuestro reportero gráfico Ramón Celis cuando lanzó, en 2005, el histórico juego perfecto ante Oaxaca, único en la postemporada hasta ahora.
Cada paso recorrido en el recinto de los inmortales representa un gigantesco reconocimiento a quienes hicieron del béisbol algo más que un deporte. El Salón de la Fama merece más que una visita de una hora.




Y de paso Oswaldo Morejón, que seguramente algún día estará allá, nos reitera que el ímpetu de aquellos Leones de Yucatán de 2006 lo tienen estos melenudos de 2022 y eso les hace deseosos de ganar el banderín.
El destacado exsegunda base, ahora couch de primera con las fieras, confía en que este será el año. De 2006, recuerda todo el empuje de un equipo joven, lleno de deseos de comerse al mundo. Y de los de este año, la madurez y la experiencia. Pero con clase y deseos los anteriores como los de este año.
Se fueron al estadio con más relax que el día previo, quizá más descansados que ayer por el trajín bárbaro de la serie ante los Diablos.
El béisbol, dijo, hay que jugarlo bien.




Ni duda cabe. Hay miles de aficionados pendientes de los Leones, que aquí hacen la talacha para seguir agrandando la historia de otros que, pasadas las décadas, son recordados en el templo que honra a los grandes del rey de los deportes.
