Aún no vive su primer lleno el nuevo estadio de los Leones, pero los que están viviendo de cerca el béisbol en Kanasín lo están disfrutando en grande.
El segundo día de ida al parque de pelota, llamado “Víctor Cervera Pacheco”, tuvo más trajines que el primero. La hora de llegada (forzosamente en inauguración es más temprano el acceso) contrastó: el martes, temprano, tranquilo a las 6. El miércoles, más tarde, en “hora pico”, a reventar las calles de acceso a Kanasín, viendo hacer maromas a ciclistas, motociclistas y mototaxistas que salen como hormigas de todos lados. Al tráfico vehicular, con agentes de policía locales y de la SSP, le dan bastante movimiento en la calle que va del semáforo de entrada (frente a la Fiscalía). El que llega tarde por naturaleza, todo lo verá complicado, ciertamente.
El acceso al estadio ayer fue con menos trajín. Y, también como la víspera, en la noche inaugural, el primer pitcheo llegó con muy poca gente en las butacas. Típico del mexicano: todos quieren aparecer cuando está el juego en desarrollo.
Pero el show “estilo Kukulcán” se mantiene en el “Panucho Park”. Y el ruido que se criticó en el estadio de Mérida en los dos últimos años, en Kanasín se da al cien. Pero es parte del devenir constante en los estadios mexicanos.
Y uno se encuentra de todo como en la famosa “viña del Señor”. Unos critican, otros felices con lo que se está viviendo, la experiencia nueva del parque.
Los que entran y ven al frente, en el lado de los jardines, muestran su sorpresa por ver las gradas llenas (espacio gratuito que administra el ayuntamiento de Kanasín para sus vecinos), y también por los que están desde el techo de un predio que queda justo detrás. En Facebook escribieron: “Los envidiosos dirán que es Kanasín, pero ni el Wrigley Field tiene esa vista”.
Hay muchos retos en el nuevo estadio (varias necesidades que cubrir, por ejemplo, y muy urgentes). Pero el béisbol se está jugando a todo lo que da.
Observa uno, por ejemplo, las fotos del Diario, y, literal, ni parece que sean de Kanasín. Tiene el fondo toda la pinta del recordado Kukulcán, del que, les adelantamos, les tendremos noticias interesantes.
Ah, y lo que pasa hasta en Grandes Ligas, de pronto sale un perro al terreno de juego (allí ardillas). Ya sabe usted la “rebambarámba” que se arma en estos casos, echando porras al joven trabajador que le persiguió por medio campo.
El can llegó por el dogaut de los Tigres y un pelotero le dirigió, bate en mano, para que entre por el acceso y lo hizo correctamente. Si lo viera “Florito”, el torilero de Las Ventas de Madrid.
Decíamos que el juego está en alto nivel, de ambos lados. Ejemplo: Tomo Otosaka, el primer japonés que juega con los Leones, arriesgó el físico para hacer dos atrapadas de esas de “top ten” de los resúmenes de televisión. Y lo electrizante que resultó la octava entrada, en la que las fieras despertaron y cuajaron cuatro carreras para voltear el marcador.



