La más grande leyenda del deporte yucateco cumple hoy 77 años de edad.
Sorteando las dificultades propias de la edad, y de salud, por su profesión, Miguel Canto, “El Maestro” que dio a conocer a Yucatán en el firmamento deportivo mundial, estará celebrando hoy su onomástico. Nació el 30 de enero de 1948 en una Mérida totalmente distinta a la que ahora vive.
El que fuera campeón mundial de los pesos moscas convalece actualmente de una lesión cerebral y vive lejos de los reflectores que, antaño, le hicieron una de las personas más famosas de Yucatán y de México.
Ayer, en su casa de Jardines Miraflores, el primer yucateco con un nicho en el Salón de la Fama del Boxeo mundial pasó un día tranquilo, con su esposa Irma Rodríguez Lara, y el joven enfermero que le cuida en las mañanas, Cristian Rivera Cuevas. Disfrutó de dos sándwiches “bien calentaditos” en el desayuno y un puchero a la hora del almuerzo.

La persona
Miguel Ángel Canto Solís nació el 30 de enero de 1948, siendo el tercer hijo del matrimonio de Santiago Canto Gutiérrez y Zoila Solís Sierra, quienes tuvieron también a Jorge, Carlos (fallecido recientemente), Linda, Elena, Leslie, Magaly y Ligia. Era una persona común y corriente, antes de sentir el gusanillo del viril deporte que le convirtió en figura mundial.
Se hizo boxeador en los años sesenta. No comenzó del todo bien su carrera, pues en su debut, el 5 de febrero de 1969, perdió por nocaut ante Raúl Rodríguez, y en la tercera, en su debut en la mítica Arena Coliseo, sucumbió ante Pedro Carrillo, igual antes del límite.
La estrella del boxeo yucateco era entonces Vicente Pool. El famoso “Zurdo” de Chicxulub era el que llenaba las arenas.
Miguel Canto, según cuentan, se hizo boxeador viendo a Pool. Primero lo admiró, luego tuvo que pelear con él.
Lo venció primero en Chetumal en junio de ese 1969 y luego lo superó dos veces en 1970, la segunda pelea para lograr el título estatal de peso mosca. Para esas épocas, había que pelear casi cada mes para lograr clasificaciones.
El 22 de enero de 1972 se montó la primera pelea de campeonato nacional en Mérida. En el Parque Carta Clara, lleno a reventar, Canto derrotó a Rocky García para colocarse la diadema mexicana y dar un paso monumental en su carrera.

Miguel Canto en el mundo
Miguel intentó hacerse monarca de la división mosca en 1975, pero en la primera oportunidad perdió ante Betulio Gónzález por decisión dividida en el Estadio “Luis Aparicio” de Maracaibo, Venezuela, comenzando una rivalidad épica con el peleador sudamericano, su gran amigo posteriormente.
Llegó por fin al trono de las 112 libras del Consejo Mundial de Boxeo el 8 de enero de 1976, cuando venció en la famosa “Batalla de Sendai” a Shogi Oguma, una victoria increíble ante la joven promesa del pugilismo de Japón, en su propia casa. Los nipones se encantaron hace cinco décadas y aún hoy siguen embelesados por las lecciones de Miguel ante sus peleadores, ya sea en el Imperio del Sol Naciente o en tierras mayas.
Canto comenzó, allí, un andar que le llevaría a convertirse en el más grande peso mosca de todos los tiempos, reconocido como el mejor en esa categoría en el Siglo XX por los expertos. También se encaminó a la grandeza de convertirse en el más grande deportista yucateco de la historia.
Defendió 15 veces su corona, con 14 victorias, todas por decisión, en una época en que las reglas del pugilismo indicaban combates de 15 raunds cuando se disputaba un cetro mundial.
Pero lo que le hizo universal fue que, bajo la tutela de Jesús “Cholain” Rivero (fallecido recientemente), peleó en todos los escenarios que fue necesario para defender su cetro, yendo en contra de pronósticos y de las arenas llenas de aficionados que esperaban verle sucumbir ante sus ídolos. Y en todo mundo le respetaron, hasta darle el reconocimiento de “Maestro”.
Rings de Japón, Venezuela, Estados Unidos (Houston y Los Ángeles), Chile y Corea, donde finalmente fue vencido en 1979 por Chan Hee Park, en la defensa 15, vieron al diminuto mentor de Mérida dar verdaderas cátedras de boxeo.

“El Maestro”
Fue un verdadero maestro en la esgrima, pegando poco, pero evadiendo los golpes con un bending que, pasados los años, sigue siendo reconocido en el mundo.
“El Maestro” se retiró del boxeo en 1982. Tras perder ante Rodolfo “Colorina” Ortega de forma apabullante, la Comisión de Boxeo de Mérida le retiró la licencia, pues había sido noqueado en tres combates seguidos.
Con 14 años de carrera profesional, amasó un récord de 61 triunfos, con nueve derrotas y cuatro empates. De sus victorias, solamente 15 fueron antes del límite. Muchos de sus seguidores, expertos reconocidos en México y en el mundo, han señalado que no le fue necesario noquear, porque ganaba enloqueciendo a sus rivales con la magistral forma de moverse en el ring y evitar ser alcanzado.
Fue reconocido como “Boxeador del Siglo” entre los pesos mosca por la agencia Associated Press y por otras organizaciones, así como por los aficionados de todas las épocas, no sólo las suyas.
Le entronizaron junto con los más grandes de la historia en el recinto de Canastota en 1988.— Gaspar Silveira Malaver

