“¿Qué cuál es la fórmula para ganar?”, responde Lorenzo Bundy a una pregunta sobre qué hacen los Diablos Rojos para estar donde están.
“Pues estos muchachos no se cansan de jugar para ganar, quieren hacerlo siempre. Por eso están donde están, todos los días se preparan física y mentalmente. Es parte de la tradición ganadora de los Diablos Rojos”, dice Bundy, quien, tras una década, llevó a los escarlatas al trono de la Liga Mexicana.
Los Diablos Rojos llegaron ayer a Mérida para una serie de tres partidos y el solo anuncio de su arribo a tierras yucatecas hizo que la serie que arrancó anoche tuviera un aroma especial.
“Ya es algo que se ha consolidado, contra Leones, desde que era jugador, eran grandes series, grandes partidos”, dice Bundy, mientras los escarlatas practicaban en el Parque Kukulcán, en una tarde llena de bochorno.
No debe ser complicado, se piensa, si un mánager observa al horizonte y ve a sus jugadores entrenar. Allá estaba soltando el brazo Robinson Canó, una de las grandes figuras que ha llegado a la pelota tricolor; en el círculo, estaba Japhet Amador, quien acaba de llegar a 250 jonrones en la Liga Mexicana; Carlos Sepúlveda, que lidera la LMB con .452 de porcentaje, y más allá, les pasaban la bola en la jaula José Luis “Borrego” Sandoval, un Salón de la Fama, y Víctor “Flamingo” Bojórquez.
“Uno puede decir que porque son los Diablos es todo… No, nunca ha sido así”, dice Bundy, quien igual recuerda sus años de jugador, especialmente los que le tocó vivir al lado de Roberto Mansur Galán, el fallecido expropietario de los Diablos. “Desde que él estaba, cuando yo jugué, fuimos tres veces campeones. A mí me trajo, porque me vio, analizó lo que yo era. Él sabía todo sobre los Diablos, sobre todos los peloteros, abrió sus scouteos. Y por eso sus equipos ganaron campeonatos”.
Y reitera: “Por eso estos Diablos Rojos ganaron el campeonato, porque la directiva reunió a los mejores jugadores, con un gran equipo de trabajo, entre coaches, trainers, batboys… Todo cuenta en una organización que no se cansa de ganar”.
Habla de casos como el de Canó y dice que “Robbie es un pelotero especial, no juega por dinero, juega porque ama al béisbol, y contagia. Es nuestro líder dentro y fuera del terreno. Como profesional trabaja todos los días para estar en las mejores condiciones. Entonces, ¿tú crees que los demás no van a querer ser como él? Para los Diablos él vale mucho como pelotero, pero también como persona”.
Y aunque todos saben que los Diablos están quemando otra vez la Liga Mexicana (entraron al juego de anoche con marca de 22-5), “vamos a conseguir algo para ajustar más. El equipo está yendo bien, pero nada es perfecto, siempre hay detalles para mejorar, queremos buscar siempre ese algo y siempre será así”.
Bundy indica que “a la temporada le falta mucho, van a pasar muchas cosas, pero lo que hablamos con los muchachos es que lo que les haga ganar hoy, salgan a hacerlo mañana también, y procuren mejorarlo. Y creo que lo hacen”.
Alabó, por otro lado, el regreso de los Leones al Parque Kukulcán. “Me encanta venir a Yucatán, al equipo igual le gusta este reto, más, porque ahora tienen cuatro ganadas seguidas y, del año pasado, pues quieren borrarlo. Su afición es exigente. Eso le da algo especial al béisbol, a la serie Diablos-Leones”.
Y a la memoria le viene su época de jugador. Le recordamos de dos jonrones en el estadio de la serpiente emplumada. “Este siempre ha sido un parque de pitcheo, no es fácil batear. Y no, no fueron dos, fueron tres jonrones. Lo recuerdo: uno a Ken Angulo, otro a Freddie Arroyo y también le di uno a Mercedes Esquer. A mí me gustaba mucho venir a jugar aquí. Ahora como mánager, me gusta que mi equipo juegue ante los Leones. Es un buen… ¿cómo decimos?… Un buen parámetro”.
También dijo que “sabemos que no podemos ganar todos los días, pero sí todos los días, en cualquier parque de pelota, salimos a darlo todo. Creo esa puede ser la diferencia”.— Gaspar Silveira







