Las luces del Parque Kukulcán se apagaron para el béisbol. Una de las razones fue que los Leones de Yucatán, sus inquilinos, no tuvieron precisamente el béisbol que se esperaba tuvieran.

Y para todos fue un fracaso rotundo lo que tuvo la organización más exitosa de la Liga Mexicana en la última década, en la que sus seguidores, en realidad todos, estaban acostumbrados a tener a los Leones peleando, al menos, por estar en la final de la Zona Sur.

“Fue eso, como lo dices: un rotundo fracaso, un triste espectáculo el que dimos en esta temporada. Nuestra noble afición merece una disculpa”, afirma el ingeniero Erick Arellano Hernández, presidente ejecutivo de las fieras, mientras algunos espectadores, particularmente niños, seguían corriendo en el diamante del remozado estadio de la Morelos.

Yucatán quedó fuera al ser eliminado en cuatro juegos por los Diablos Rojos del México en la primera ronda. Cuatro partidos en que, aunque ganaron los infernales, en gran parte fue porque los Leones de Yucatán quisieron, al no ofrecer argumentos para poder apaciguar a un equipo que ni tuvo que esforzarse. Se quedaron sin bateo a la hora buena, y su pitcheo falló en los relevos de forma estrepitosa. En el último juego, batearon solamente tres imparables. En el segundo, sus pitchers firmaron 13 pasaportes, cinco con la casa llena. Fue un infierno.

Una de sus declaraciones fue contundente: “Si por mí fuera, más de la mitad, solo unos cuantos, tres, cuatro, y no diré nombres para no ofender a nadie, regresarían para la próxima temporada con nosotros”.

Visiblemente contrariado, el empresario mazatleco dijo que en lo deportivo se fracasó, a pesar de todos los esfuerzos, de tener un estadio nuevo, de contar con apoyo de la afición yucateca.

“No puede ser menos, jugamos algo que esta afición no merece, por tanto que nos ha dado. Lo único que podemos decir es que estamos avergonzados por lo que los Leones les dieron, todos, desde la oficina, conmigo, con el gerente David Cárdenas, con los jugadores, el cuerpo técnico. No es posible terminar así”, dijo el mandamás del equipo león.

El Diario le recordó una historia publicada en 2017, en la que él mismo señala a los Leones de Yucatán como un equipo “indigno de esta afición”, tras perder una serie ante los Tigres. Y ahora el directivo mazatleco señala que “es así, indigno, como lo dijimos y publicaron en 2017: totalmente indigno”.

Indicó que habrá una reunión a la voz de ya. “Nada de que nos vamos de vacaciones, tenemos que comenzar a limpiar todo esto, a revisar, hacer análisis. Y comenzamos mañana mismo”.

Destacó que desde la baja de rendimiento con los mánagers, que usaron tres esta temporada; jugadores que no cumplieron con la expectativa para la que fueron traídos, siendo, en sus palabras, “algo decepcionante”.

“Y todo eso nos llevó a una temporada en la que no pudimos llegar a segunda ronda”, indica.

Habló de varios puntos. Uno, la famosa curva de la decadencia que no se controla cuando se llega al tope. A los Leones de Yucatán les pasó eso de forma notable.

“Vamos cuesta abajo. Fuimos campeones en 2022, en 2023 quedamos fuera en la final del Sur, en 2024 calificamos en cuarto y pasamos a segunda ronda. En esta, pasamos de panzazo, en el último día, y nos echan en la primera. ¿Qué sigue? ¿Que la próxima no calificaremos a los playoffs? Definitivamente que no pasará eso: tenemos que volver a reconstruir a este equipo con toda la grandeza que tuvo, con lo que ha sido”.

“Pero de que fue un fracaso, un fracaso monumental, una pena lo que vimos, lo que vieron los aficionados. Tuvimos este año la nómina más alta en la historia del club, desde que estamos al frente. Y nos quedamos fuera humillados. Dicen que no invertimos… invertimos en peloteros, pero no respondieron. Trajimos jugadores que pensamos rendirían, y fallamos en eso”.

Se le comentó que el sentir de los aficionados era que muchos peloteros nuevos, extranjeros o sin arraigo, no se entregaban al no sentir amor a la camiseta. “Faltó ese extra que se necesita para ganar, si es corazón, si son hue… si es respeto a la afición, pero faltó algo para ganar”.

También reiteró que “se armó un gran róster, con grandes peloteros, pero no se pudo armar un gran equipo (por dentro del clubhouse). Con tres mánagers, algo que nunca nos había pasado”.