Carta sin sobre a Santa Claus, redactada por un colaborador de la Navidad de los Enfermos

Estoy muy feliz de saludarte un año más y contarte un poco de lo que ha sido este año para nuestra familia. Como sabes, a raíz de la pandemia que azotó a todo el mundo, muchas cosas han tenido que renovarse o incluso eliminarse temporalmente. Sin embargo, la emoción que tenemos y la felicidad que nos provoca continuar con la labor que inició el presbítero Jenaro Cervera Ceballos (q.e.p.d) hace 55 años sigue igual.

En estos tiempos de indiferencia, donde todo es efímero y el consumismo gana terreno día con día, es un poco difícil recordar el verdadero significado de la Navidad: celebrar el nacimiento de Jesús en nuestro corazón. Jesús vino al mundo a esparcir un mensaje de amor, y nos dejó el camino trazado para reencontrarnos con Él, amarnos los unos a los otros como Él nos amó. Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, proteger a las personas sin hogar, son algunas de las obras que Jesús nos enseñó y que preparan nuestro corazón para esta Navidad.

Esperamos que por medio de esta carta podamos llegar a tantas personas como el corazón de Jesús mande y se unan a la labor de esta familia Osane (Organización de Servicio y Ayuda para la Navidad de los Enfermos, A.C.).

Te cuento Santa que a lo largo del año hemos tenido varias reuniones para dejar todo listo para esta Navidad. Ya por fin estamos en la recta final de esta espera y nos emociona mucho poder recibir este día con los brazos abiertos. No puedo esperar a ver las sonrisas de los niños, jóvenes y adultos que visitaremos contigo, su energía al aplaudir, la esperanza al sonreír, y el amor con el que año con año nos dan la bienvenida. No cabe duda que ese día terminamos todos con el corazón lleno de amor, ya que recibimos más de lo que damos.

Cada año hemos vivido en esta gran familia grandes anécdotas que han marcado nuestro corazón. Lo más bonito de todo es ver cómo muchas personas están dispuestas a colaborar con esta hermosa tarea apoyándonos con sus donaciones, ya sea monetario, en especie o incluso su tiempo. Sin ellas no sería esto posible y estamos muy agradecidos.

Recuerdo cuando me invitaron por primera vez a colaborar en tu taller; lo primero que me impresionó fue conocer a personas que llevaban 30, 40 años contribuyendo en el grupo y pasando de generación en generación esas ganas y dicha que dan el hacer algo por el prójimo sin esperar absolutamente nada a cambio.

También recuerdo con mucha emoción la primera vez que te vi entregar regalos en el hospital: mientras esperábamos tu entrada con los villancicos, tuve la fortuna de convivir con algunos de los pacientes y uno de ellos me dijo: “Gracias por acordarse de mí, no puedo estar donde quisiera pero Dios es bueno y los envió a ustedes a acompañarme con su alegría”. Fue ahí donde me di cuenta que en esta labor sí recibes algo a cambio: esperanza en el corazón.

Hoy que cumplo 15 navidades con Osane me siento muy agradecida de esa invitación y muy feliz de seguir creando recuerdos con esta familia.

Bueno Santa, me despido por ahora. Te recuerdo que estaremos trabajando a partir de hoy. En lo que llegas, estaremos clasificando ropa y juguetes en buen estado, contando cobertores, doblando toallas, o recibiendo llamadas de nuestros amigos que quisieran hacer alguna donación monetaria o en especie.

Me despido con la esperanza de que este mensaje llegue a las personas con el corazón más grande para que podamos llegar a los lugares que visitaremos esta Navidad: albergue temporal San Vicente de Paúl, Paipid Mérida-Centro de Promoción Humana, Ciudad Vicentina, A.C.; Pastoral del Amor, A.C.; Hogar Reina de Paz, Nuevo Hospital Materno Infantil.

Es tiempo de dar, compartir y ayudar. ¡Nos vemos pronto!

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