¡Se me olvidó! Bien podría ser el título de una canción, aunque es una expresión usada de manera cotidiana, considerada como de las de mayor frecuencia en las pláticas diarias con los amigos, la familia o donde se les ocurra, sobre todo si eres adulto mayor.
Sucede a menudo cuando nos encontramos bajo presión, la memoria detecta un fallo y es cuando nos quedamos callados o simplemente decimos: “se me olvidó”; curiosamente, cuando menos lo pensamos recordamos el nombre de la persona, el lugar o el recuerdo al que hacíamos referencia.
La señora muy preocupada sacaba todas las cosas de su bolso, con una inminente angustia volteaba para todos lados, no encontraba el objeto que la tenía bajo estrés. Me acerqué con la pregunta si la podía ayudar en algo, su contestación fue rápida con un “no” por respuesta seguido de “…no encuentro mi celular”.
El mesero retira la servilleta de la mesa y aparece el celular. La señora de inmediato se relajó, volteó hacia arriba como dando gracias a Dios y con una sonrisa se volvió a sentar.
La preocupación, aunado a la confusión que se gesta en el cerebro, genera angustia que los estudiosos en la materia califican de un ataque de estrés crónico o agudo.
La falta de atención o de concentración hace que nos olvidemos hasta de nuestro número de teléfono, el cual hemos usado durante varios años.
… y que se le olvida la canción
Como una anécdota; en la tradicional comida que ofrecía el grupo Radio Centro en un salón del hotel Fiesta Americana del Paseo de la Reforma se anunció ni más ni menos que a Juan Gabriel, para beneplácito de los asistentes. En una de sus múltiples canciones del evento, el cantante se quedó callado e interrumpió a la orquesta; con mucha elocuencia y profesionalismo pidió una disculpa por haber olvidado la letra de la canción diciendo: “es que la acabo de componer y se me olvidó una parte, disculpen”. Los ahí reunidos le aplaudimos por el gesto sincero de reconocerlo en lugar de tararear la melodía y seguir adelante con lo que recordaba.
Si estamos tocando el tema de olvidos, es importante mencionar el flagelo del Alzheimer, considerado por la ciencia neurológica como una enfermedad neurodegenerativa, progresiva que padecen principalmente a las personas mayores. Este devastador mal ya afecta a 30 millones de personas en todo el mundo y se estima un aumento de 10 millones de casos al año.
Si damos una descripción, tomaremos la del Instituto de Ciencias de la Universidad de Cambridge: El Alzheimer es una concentración de proteínas anormales en el cerebro que ocasiona la pérdida de células cerebrales y la disminución de funciones cognitivas como la memoria, el pensamiento y el razonamiento. ¿Qué dramático se escucha, verdad? pero esa es la realidad contra la cual se está tratando de hacer algo, aunque con resultados muy incipientes.
Fue descubierto en 1901 por el neurólogo alemán Dr. Alois Alzheimer. Las causas de esta enfermedad aún son desconocidas a pesar de los esfuerzos e inversiones millonarias de laboratorios para crear un medicamento que elimine la proteína y no provoque otros síntomas.
La mayoría de las personas que lo sufren no mueren directamente a causa de la enfermedad, sino por sus complicaciones, como problemas de nutrición o infecciones.
Alzheimer y demencia senil
Laboratorios japoneses y estadounidenses dicen tener en proceso de aprobación un medicamento llamado Lecanemab que aseguran serviría para aquellos pacientes en la etapa inicial, pero el riesgo de este fármaco que achica el tamaño del cerebro puede ocasionar graves daños e inclusive la muerte del paciente. La comunidad médica ha dividido sus opiniones, y este fármaco sigue en la polémica sin resolver nada.
La demencia senil, de la cual traté brevemente en otro editorial, es también una enfermedad neurodegenerativa que ocurre a los mayores de 65 años. Es un trastorno progresivo que también afecta la memoria, el pensamiento, el comportamiento e impide realizar las actividades cotidianas; al igual que el Alzheimer provoca una disminución de algunas áreas cerebrales, aunque está ligada a factores genéticos, ambientales y de estilo de vida.
No hay una cura para este padecimiento, pero existen algunos medicamentos a diferencia del Alzheimer que mejoran la memoria y la función cognitiva.
Según los datos de la OMS, en 2021 se reportaron 35 millones de personas con este mal y para el año 2030 se esperan 82 millones. La mayoría de los casos se diagnostican en personas mayores de 85 años.
Se te olvidó algo…
Lamentablemente las noticias no son muy alentadoras, sobre todo si vemos que a la fecha no existe un medicamento preventivo ni curativo; lo único que nos queda es seguir una vida saludable incluyendo una dieta equilibrada y ejercicio regular.
Cuando estés con alguien evocando algunos acontecimientos, pero no recuerdas el nombre del lugar o de la persona motivo de la plática y te zafas con el… “se me olvidó”, es el momento de acudir al neurólogo, digo… más vale, ¿no crees?— Mérida, Yucatán 24 de abril de 2023
Twitter: @Ydesdelabarrera
