El reciente supermartes en Estados Unidos deja varias lecturas claves para entender el panorama electoral que vive la población del vecino país.

En primer lugar, se consolida el sistema bipartidista norteamericano que va para dos siglos. Desde 1852 todos los presidentes han sido de los partidos Demócrata y Republicano.

En segundo lugar, la figura del presidente Joe Biden se afianza sólidamente como el candidato presidencial por los demócratas, a pesar de su edad y del manejo incierto de diversos temas claves como la inmigración, la inflación y los conflictos internacionales.

Si gana Biden en los comicios de noviembre, llegará a su segundo periodo presidencial en enero de 2025 a los 82 años. Hay grandes dudas de su efectividad para gobernar a los Estados Unidos con las limitaciones físicas y mentales propias de una edad tan avanzada.

Algunos dirán que el papa Francisco gobierna a la Iglesia Católica a los 87 años con éxito; sin embargo, el eclesiástico argentino no tiene en sus manos el manejo de una nación tan compleja y poderosa como Norteamérica.

En tercer lugar tenemos que el gran ganador de la jornada fue Donald Trump, al arrasar en prácticamente todos los estados, lo que obligó a su contrincante Nikki Haley a bajarse de la contienda.

Desde que se iniciaron las elecciones primarias, Trump ha perdido el Distrito de Columbia y Vermont que obtuvo Haley, pero ganó por amplio margen entidades claves como Texas, California, Massachusetts, Minnesota, Michigan, Colorado y Alabama.

Por su parte, Biden arrasó en todos los estados en contienda, salvo en el pequeño territorio de Samoa Americana, donde ganó el empresario Jason Palmer por un margen de 56 por ciento contra el 44 por ciento.

Así las cosas, a ocho meses de la elección presidencial, nadie duda de que los dos grandes contendientes serán de nuevo Joe Biden y Donald Trump, tal como ocurrió en noviembre de 2020, cuando el primero ganó con el 51 por ciento de los votos electorales contra el 46 por ciento del empresario neoyorkino.

La popularidad de Trump ha resurgido en los últimos meses, a pesar de las demandas y juicios en su contra que hasta el momento ha logrado sortear para continuar en campaña.

La estrategia del expresidente es aplazar lo más posible los juicios, con la esperanza de ganar la elección y una vez en el poder declarar un autoindulto.

Trump obtuvo un sonoro triunfo hace unos días cuando la Suprema Corte de Justicia dio luz verde para que el exmandatario apareciera en las boletas de las elecciones primarias. Varias entidades intentaron dejar fuera a Trump por su presunta participación en la insurrección del 6 de enero de 2021.

La Corte determinó que las autoridades estatales no tienen facultad para decidir sobre los candidatos en una elección de carácter federal, en este caso la presidencial.

Una vez definidos los liderazgos de Biden y Trump, la campaña presidencial se intensificará en ataques y descalificaciones; seguro viviremos tiempos álgidos de aquí al verano, cuando se realizarán las convenciones partidistas y de ahí al martes 5 de noviembre, cuando surgirá el nombre del vencedor y futuro presidente de Estados Unidos.

El partido Republicano celebrará su convención a la mitad de julio en Milwaukee, Wisconsin, mientras que los demócratas realizarán la suya a mediados de agosto en Chicago, Illinois.

El caos fronterizo por la inmigración y la inflación que no termina de ceder son los principales problemas del gobierno de Biden y, por lo mismo, le han afectado en las encuestas.

En el supermartes el “Wall Street Journal” difundió un sondeo donde 47 por ciento de los entrevistados apoyaban a Trump, contra el 45 por ciento de Biden.

En una encuesta del diario “The New York Times”, que simpatiza con los demócratas, Trump obtuvo el 48 por ciento mientras que Biden registró un 43 por ciento.

Del resto de los candidatos presidenciales el único que podría destacar en la elección es Robert F. Kennedy Jr., quien hasta el momento suma entre un 6 y un 9 por ciento de la popularidad.

¿Quién conviene más a México? ¿Joe Biden o Donald Trump? El tema lo abordaremos en un artículo futuro.

Noticia final.

Empezaron las campañas presidenciales en México y con ellas las promesas populistas de los candidatos. Xóchitl Gálvez propuso reducir a 60 años la edad para obtener una pensión vitalicia mientras que Claudia Sheinbaum dijo que en su gobierno no habrá gasolinazos ni aumentarán las tarifas eléctricas y del gas doméstico por encima de la inflación. ¿Les creemos?— Hermosillo, Sonora.

Correo: jhealy1957@gmail.com

Periodista

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