Pastoral de la salud
Celebramos con gran alegría el tiempo de la Navidad. Como familia nos reunimos para dar gracias a Dios por el don de su presencia en medio de nosotros, pues Él es el Emmanuel, el “Dios con nosotros”.
Este tiempo se caracteriza por una marcada tendencia a la celebración, a la fiesta, las comidas, los villancicos, los regalos y las felicitaciones. Pero la fiesta verdadera está en el pesebre. Sí, ahí, donde se encuentra el amor, la ternura de Dios, el amor de una madre y la fortaleza de un padre.
Ahí, en el pesebre, está la fiesta por la admiración de los pastores y las ofrendas de los Reyes Magos, está la fiesta porque Dios tiene ahora un rostro, un nombre, es Jesús que camina, se alegra, sufre y se emociona con los hombres y mujeres de este mundo.
Nosotros estamos invitados permanentemente a esta fiesta del amor. Somos parte de esta fiesta, hemos recibido la invitación y no podemos dejar de asistir, nadie está excluido.
¿Cómo ir y participar de esta fiesta? ¿Con que traje debo de ir? A esta fiesta debemos de ir con el traje de las buenas obras, las obras de caridad y misericordia. Cuando servimos a los más pobres y necesitados estamos sirviendo a Dios mismo que se encuentra ahí en el pesebre pobre y necesitado de calor, el calor que nuestro ardor en el servicio podemos ofrecerle.
Participar de esta fiesta con la actitud de un corazón reconciliado, en paz y en armonía con los hermanos, buscando siempre la fraternidad donde nos encontremos, especialmente con nuestra familia y amigos.
Que nada nos detenga ni nos distraiga para participar en esta fiesta. Demos gracias a Jesús por todas las bendiciones recibidas durante este año que concluye y proyectemos el próximo año 2018 llevando el Evangelio a donde nos conduzca el Espíritu de Dios.
Empecemos un nuevo año con la mejor actitud, con entusiasmo renovado y sobre todo practicando la virtud de la esperanza para ser buenos cristianos y virtuosos ciudadanos según el plan de Dios.
Aprovecho para agradecer, estimado lector, por su preferencia al leer estos artículos. Dios le bendiga, le deseo que la bendición de Dios le acompañe cada día del próximo año 2018. ¡Feliz y bendecido año nuevo!— Presbítero Alejandro Álvarez Gallegos, coordinador diocesano para la Pastoral de la Salud
