Acatan medidas de cierre y evitan salir de sus casas
Aunque son sucesos que no se comparan, a James Brook Hart, estadounidense radicado en Mérida desde hace 13 años, las medidas tomadas contra el Covid-19 le recuerdan cuando Carolina del Sur, donde vivía antes, se preparaba para la llegada del huracán “Hugo”, en 1989.
Ante la actual amenaza sanitaria, Brook compró alimento para dos semanas y no deja de seguir las indicaciones del gobierno del Estado, que le parecen buenas pues la situación por la enfermedad en otras partes del mundo es espantosa.
De hecho, a la mujer que le limpia la casa le pagó el salario de un mes para que ella también pueda estar con su familia. “Ahora tengo que aprender cómo limpiar mi propia casa”, bromea.
La neoyorquina Adele Aguirre, quien vive en Mérida desde hace 12 años, se enfrenta por primera vez a una situación como ésta. Está de acuerdo con las medidas que han tomado las autoridades, pero reconoce que se ha visto afectada con el distanciamiento social, pues tuvo que cerrar las puertas de su galería Soho Galleries.
“Ahora solamente estoy en mi casa. No estoy trabajando, pero sigo pagando a mis empleados, aunque no sé por cuánto tiempo estaremos cerrados. Estamos pensando en hacer una cosa virtual, pero la verdad no sabemos qué va a ocurrir”.
Adele admite que tiene cierto temor por lo que pudiera pasar con su negocio, pero más le preocupa la situación de sus empleados. “No sabemos cuánto tiempo va a durar todo esto”.
“No salgo, no estoy con mis amigos. Nada”, subraya.
“Pero veo a personas que van por el Centro y otras partes, y esto no va a parar si no nos quedamos en casa. Hay muchas personas que hacen supermal”.
La contingencia motivó el cierre temporal de la Mérida English Library, situada en el centro de la ciudad y donde buen número de expatriados participa en diferentes eventos. “Cuando vimos que estaban cerrando zoológicos y otros lugares la junta directiva se reunió de manera extraordinaria para hacer un plan”, informa Arantxa Reynoso Trad, administradora del espacio.
Las puertas de la biblioteca se cerraron apenas ayer, pero continúa brindando servicio de manera virtual y atiende vía correo electrónico al público, especialmente a aquéllos que al cierre tenían material en préstamos.
“Estamos extendiendo los préstamos e intentando hacer una entrega a domicilio siguiendo todas las recomendaciones sanitarias. Nos estamos comunicando con miembros que desean prestar un libro o un rompecabezas para hacer el tiempo en casa más ameno”.
Actividades que se efectuaban de manera regular, como el relato de cuentos para niños y las sesiones de conversión, se llevarán al cabo de manera virtual.
Arantxa dice que muchos expatriados que han hecho de la biblioteca un punto de reunión no querían que se cerrara. “Muchos nos contactaron preguntando si haríamos actividades y eso nos motivó a ver qué les podíamos ofrecer en línea”.
Como asociación civil, la biblioteca depende de los pagos de membresía y los eventos culturales que realiza. “En este momento lo único que le pedimos a nuestra comunidad es que siga haciendo sus donativos en línea porque, lamentablemente, no podemos hacer eventos para recaudar fondos”.
La biblioteca permanecerá cerrada hasta que las autoridades federales, estatales y municipales pongan fin a la medida.— Iván Canul Ek
