Para comprender de mejor manera cómo cumplen sus funcionalidades los diagramas de flujos, primero hay que conocer un poco de su historia. Solo de esta forma, se logrará visualizar su verdadera importancia. Para eso, vamos a realizar una pequeña introducción de sus orígenes, comenzando por sus creadores.

Los fundadores del concepto de diagrama de flujo fueron los hermanos ingenieros Gilbreth, en los años ‘20, en los Estados Unidos. Como amantes de la mecánica como disciplina, buscaban formular una herramienta para facilitar ciertos trabajos. Lo primero que pensaron es una especie de diagrama interactivo, el cual fue presentado entre sus colegas. Pero no fue hasta los ‘30 que comenzaron a tomarse partes de este diagrama inicial para establecer ciertos procesos en algunas empresas. Nueva York fue la primera ciudad donde se comenzó a ver con buenos ojos estas iniciativas.

En esta idea original, lo que se buscaba era a través de dibujos generar una cierta eficiencia en algunas labores, que antes solían resultar como eficaces. Este diagrama tuvo varios seguidores instantáneos que militaron sus bases y fundaciones por todo Estados Unidos. Se comenzó a educar a ciertos alumnos en algunas escuelas y universidades particulares. Luego de un tiempo se empezó a conocer esta técnica como en la actualidad; como diagrama de flujo. Recién allí se aplicó en diversos ámbitos profesionales. La difusión siguió por muchos años más, hasta que Graham, otro ingeniero convencido de la funcionalidad de dicha herramienta, le dio una vuelta de tuerca extra. Los símbolos vieron la luz por primera vez, adquiriendo el significado de lo que vemos hoy en día.

De esta manera, se comenzó a modificar la idea original, implementando de distintas formas según la rama comercial. La informática vio un mundo de posibilidades y la programación, los algoritmos y la lógica se hicieron un lugar también. Así se fueron agregando distintas disciplinas.

Fue recién en los ‘70 que los diagramas de flujo adquirieron cierta popularidad, con los avances tecnológicos que justificaban la época. Los nuevos lenguajes de programación se fundieron con los diagramas para comenzar a aplicarlos en esta área. En el mundo empresarial, sirvió de instrumento vital para el crecimiento de muchas compañías. Una gran cantidad de campos, comenzaron a verse modificados, mejorando rendimientos y agilizando tareas. La expresión concisa, simple y rápida, compitió con otras técnicas mucho más tediosas y complicadas que entorpecen tareas.

Fue tal la potencia que fue adquiriendo, que todos los sectores de la industria global vieron la importancia de comenzar a incluir a los diagramas como una herramienta vital dentro del conglomerado. Los gobiernos y las empresas estatales también vieron la posibilidad de educar a sus empleados y ahorrar dinero que solía desperdiciarse. Educación, marketing, finanzas, ingeniería, producción, servicios; y ahora virtualidad. Si un trabajo está bien realizado, antes pasó por un diagrama de flujo. En cualquier lugar pueden hallarse con facilidad. Son fáciles de detectar cuando uno visualiza una correcta funcionalidad.

A medida que fueron pasando los años, se comenzaron a diversificar los diagramas. Distintos estilos y tipos de diagramas fueron surgiendo. Dependiendo del proceso que pretendés llevar adelante, te convendrá hacerse de alguno en particular. Fue así que varios teóricos vieron un objeto de estudio en esta dicotomía. La calidad de los procesos agradece esa teorización o cientifización del concepto que solía ser apenas un dibujo simple y se convirtió en una herramienta que cambió el mundo para siempre. La academia hizo su parte, claramente. Es por eso que se determinaron analíticamente, 5 tipos de diagramas de flujos que guiarán a todos los demás. Son los básicos que todos deberíamos conocer y saber manejar, si queremos contar con la chance de sumergirnos en el ámbito laboral:

Diagrama de decisiones, de lógica, de sistema, de productos y de procesos. Cada uno se enfoca de una manera visual, en el desarrollo o accionar de lo que indica la palabra que lo sectoriza, que lo diferencia del otro. Desde allí, partiendo como base de todo conocimiento teórico, fueron surgiendo otros tipos de diagramas, más modernos, más complicados, más particulares, hasta abastecer a todo el mercado que los demandaba. Es raro pensar que aunque sea una moderna forma de llevar adelante negocios y que en la actualidad se encuentra más vigente que nunca, esta herramienta cuenta con más de 100 años de antigüedad e historia. Aunque las metodologías, las plataformas y las hipótesis se fueron modificando, es la idea que persiste en el tiempo.

El punto cúspide de esa modernización que nombramos, llegó con los softwares. Actualmente, existe una infinidad de plataformas y apps que responden a los requerimientos de los diagramas de flujo. Desde lo arcaico, se solían llevar con papel y manualmente. Eso cambió repentinamente. El diagrama automatiza tareas, y la virtualidad también. Unir ambos conceptos fue un despegue monumental para el trabajo de millones. La facilidad y la simplicidad son las dos cosas más requeridas en el mundo tecnológico y lo podemos ver en estas aplicaciones que no paran de triunfar con sus propias plataformas para desarrollar diagramas de flujo.

Desde Microsoft Office se creó una herramienta para realizarlos que funciona en muchos de sus programas. Desde Excel, hasta PowerPoint. La simbología de estos programas tiene que ver con el diseño de los primeros flujos, sin duda. Desde LibreOffice, la competencia, también se buscó brindar esta solución. Luego, desde empresas más nuevas, surgieron desde 0 con tal de brindar esta posibilidad de manualidad en los diagramas. Hoy en día se pueden abrir estos programas desde cualquier dispositivo. Algunos, hasta no requieren de conexión a Internet para desarrollarlos.

Lo cierto, es que a medida que la tecnología avance, que las redes se hagan parte en el mercado, o cualquier otro dispositivo surja como tendencia, los diagramas de flujo verán la manera de hacerse un lugar. Cumpliendo con las expectativas de las novedades y también con la facilidad que siempre los ha caracterizado.

(I.S.)