Observar la colección “Aké 22” es transportarse al pasado, recordar a los ancestros, la pintura rupestre, los códices mayas, las piedras labradas que hoy causan admiración en el mundo.

Y es que el trabajo de su creador, Luciano Cedillo, está permeado por la labor que por años ha realizado en la antropología y arqueología, y en la que retoma de manera elocuente y hasta cierto punto básica la forma de expresión de los antepasados.

Bajo este lineamiento, la elección de las técnicas y los colores es importante, al utilizar Cedillo pigmentos naturales y tan solo cuatro tonalidades, algo similar a como se ve en murales y pinturas rupestres.

“Aké 22” es la exposición que Luciano Cedillo presenta en el centro cultural y galería Casa Gemela, donde se inaugura hoy a las 19 horas. Unas 50 piezas integran la muestra, entre pinturas y esculturas en piedra y cerámica.

Cedillo tiene formación como licenciado en Restauración, pero antes de cursar esa carrera tuvo la inquietud de dedicarse al arte e ingresar a la Academia de San Carlos, lo cual hizo años después.

También estudió Antropología, y de 1978 a 1981 tuvo a su cargo la coordinación del trabajo de restauración de sitios arqueológicos en Yucatán, Campeche y Quintana Roo, así como de todo lo referente a la conservación del patrimonio.

De manera que ese bagaje de formación en el área de la antropología y arqueología permea en su trabajo artístico. Cedillo destaca la necesidad de los seres humanos para expresarse de muy diversas formas. Y en las obras de esta colección apunta a ese sentido primitivo.

En las piezas que elaboró hace representaciones personales de los códices mayas, de las pinturas rupestres y de los trabajos en piedra que se han encontrado.

La colección fue creada en colores básicos, una paleta primitiva que se remonta al pasado: tonalidades café, que provienen de la tierra de la región; el negro, producto del carbón, de esos residuos que quedan en los fogones; el blanco, que es cal, un elemento que se usa desde épocas milenarias, y el azul maya, que surgió entre los siglos V y VII después de Cristo.

Con estas cuatro tonalidades da vida a las piezas, que están plasmadas en tela fibrosa de henequén.

Como la colección fue concebida para presentarse en la hacienda Aké, se eligió ese nombre para la muestra.

Las obras no tienen marco, son textiles que cuelgan de la pared, y en los que se plasman símbolos, figuras, trazos sueltos que son producto del capricho del artista, formas espontáneas que en su conjunto transportan hacia un universo paralelo entre el pasado y el presente.

Animales, códices, el proceso del cultivo, personajes que pueden ser cualquiera, es parte de lo que plasmaen la tela y en la piedra. Adicionalmente a esta colección, Luciano presentará en la exposición obras de años pasado y de otros estilos, en las que también se pone de manifiesto su trayectoria en la arqueología y en las que se permite el manejo de otras tonalidades, como las que emanan de la grana cochinilla. Varias de esas piezas fueron pintadas sobre papel de amate, que él mismo elabora.

“Aké 22” se podrá visitar durante tres meses en Casa Gemela, en horario de 8 a 21 horas, de lunes a sábado.—Iris Ceballos Alvarado

Noticias de Mérida, Yucatán, México y el Mundo, además de análisis y artículos editoriales, publicados en la edición impresa de Diario de Yucatán